Calma en la frontera con Venezuela tras orden de cierre | El Nuevo Siglo
Jueves, 20 de Agosto de 2015

La frontera colombo-venezolana permanecía militarizada y en calma el jueves, luego del cierre por 72 horas que anunció el presidente Nicolás Maduro la noche del miércoles tras una "emboscada militar" que dejó heridos a tres militares y un civil, constató un periodista de la AFP. 

 

El acceso principal por el puente internacional Simón Bolívar, cercano al pueblo de San Antonio, así como los puentes Unión de Boca de Grita y Francisco Paula Santander de Ureña, todos en el estado Táchira (oeste), permanecen bloqueados con alambres de púas y presencia militar.

 

Tanto en el lado venezolano como el colombiano del puente, decenas de personas permanecían sin poder cruzar la frontera a pie, mientras que el tráfico vehicular era prácticamente inexistente, constaron fotógrafos de la AFP. 

 

El jefe militar de la Región Andina (venezolana), Efraín Velasco, informó este jueves que miembros de la Guardia Nacional y el ejército efectuarán labores de seguridad en la zona fronteriza, tras el ataque durante un operativo anticontrabando.  

 

"Vamos a hacer una revisión exhaustiva casa por casa, depósito por depósito, sector por sector, en San Antonio del Táchira y en Ureña (...) donde sabemos que se encuentra la presencia de grupos generadores de violencia, grupos paramilitares, que están atentando contra la seguridad y la defensa de nuestra nación", dijo Velasco a la televisora gubernamental VTV. 

 

El presidente Nicolás Maduro denunció que en la tarde del miércoles dos hombres en motocicleta atacaron por la espalda, con armas de fuego, a dos tenientes que cumplían operaciones contra contrabandistas en San Antonio del Táchira, en la frontera noroeste con Colombia.

 

Uno de los uniformados sufrió "heridas graves", en tanto que un transeúnte fue alcanzado por las balas, señaló el mandatario.

 

El ataque ocurrió cuando los militares "se dirigían en su tarea diaria a combatir esta mafia de bachaqueros (contrabandistas) paramilitares que vienen de Colombia", denunció el presidente venezolano.

 

Maduro dijo que espera "toda la colaboración de las autoridades colombianas para la identificación y captura" de los agresores, "en caso de que hayan pasado a territorio colombiano".

 

Asimismo, anunció el despliegue de un operativo especial para detener a los autores del atentado, aunque no dio detalles del mismo.

 

Es el segundo ataque armado que se reporta en la zona desde finales de julio, cuando pobladores colombianos denunciaron la muerte de un compatriota presuntamente a manos de militares cuando transportaba mercancías de Venezuela a Colombia por un paso clandestino.

 

El 28 de julio, el gobierno venezolano negó una incursión miliar en territorio colombiano denunciada por campesinos y difundida por la Defensorìa del Pueblo en Bogotá.

 

- Una frontera permeable y peligrosa -

 

Venezuela y Colombia comparten una porosa frontera de 2.219 km donde las autoridades de ambos países denuncian la actividad de grupos guerrilleros, paramilitares, narcotraficantes y contrabandistas de combustible y otros productos fuertemente subsidiados por el gobierno venezolano.

La denuncia de Maduro se produce en momentos en que su país enfrenta un desabastecimiento de al menos dos tercios de los productos básicos, un fenómeno que analistas atribuyen al férreo control de precios y a una sequía de divisas por la caída de los precios del petróleo, que genera 96% de los dólares de este país altamente dependiente de las importaciones.

 

A ello se suma una inflación que al cierre de 2014 rozó 70% (último dato oficial), pero que según expertos ya habría sobrepasado los tres dígitos. 

Esto ha agudizado la depreciación del bolívar, sometido a cuatro tipos de cambio, de los cuales el paralelo es 110 veces superior al oficial de 6,3 bolívares por dólar.

Según la consultora privada Ecoanalítica, los contrabandistas de combustible pueden obtener una ganancia de 3.000% en la gasolina que trasiegan desde Venezuela a Colombia.

Estas distorsiones han generado una escasez de billetes de alta denominación en la región limítrofe, donde de acuerdo con una investigación de Ecoanalítica, los contrabandistas pagan hasta 140 bolívares por un billete de 100, lo que facilita su logística para comprar productos en Venezuela que son revendidos en Colombia.

Aun cuando no hay una ordenanza del Banco Central, clientes de bancos en la frontera reportan que las entidades financieras venezolanas han limitado los retiros de efectivo para enfrentar a este problema.