"Los estamentos de seguridad estarán trabajando arduamente, habrá unos 5.000 efectivos en las calles. Están todas las medidas de seguridad adoptadas para garantizar la seguridad", dijo la canciller panameña, Isabel De Saint Malo.
Panamá será sede de la VII Cumbre de las Américas el 10 y 11 de abril, días en los que las autoridades locales esperan la visita al país de 12.000 personas. Unos 2.000 periodistas se acreditaron para la cita, la más grande organizada por el país centroamericano.
"Ha habido colaboración de distintos países con experiencia en este tipo de organización", reconoció Saint Malo durante la presentación de un avión de la aerolínea COPA con el logotipo de la Cumbre.
El ministro de seguridad, Rodolfo Aguilera, dijo recientemente que Panamá había recibido asesoramiento y recomendaciones de varios países, como Estados Unidos, Colombia y Venezuela.
Las medidas incluyen el cierre de 42 kilómetros de calles y autovías en la capital panameña para que los mandatarios y sus delegaciones puedan acceder desde el aeropuerto de Howard y los distintos hoteles al centro de convenciones Atlapa, lugar de la reunión.
Los residentes a varios cientos de metros de Atlapa tendrán un carné especial para poder entrar a sus casas y circular por calles que estarán repletas de policías, agentes de servicios secretos y máquinas de detección de metales y explosivos.
Los anillos de seguridad por mar, tierra y aire incluirán centros comerciales, aeropuertos, puertos, restaurantes y centros de diversión, mientras que el gobierno declaró feriado los días de la cita.
La mayoría de gobernantes llegarán a Panamá el día 10, aunque algunos arribarán antes para participar de distintos foros paralelos a la reunión.
La mayor expectativa de la Cumbre, cuyo costo es de 15 millones de dólares, es la posible participación de Obama y Castro, después del acercamiento entre sus países tras más de medio siglo de hostilidad.
"Va a ser una Cumbre histórica" dijo De Saint Malo.