Con beneplácito el exfiscal Eduardo Montealegre recibió el proceso meritocrático que el presidente Juan Manuel Santos inició para la elección de su sucesor. Al salir de la audiencia pública sobre la Reforma de Equilibrio de Poderes que se llevó a cabo en la Corte Constitucional, expresó, “me parece una muy buena idea del Presidente, es un modelo que se expidió y ya se ha ensayado para la escogencia de magistrados de las Altas Cortes”. Agregó que ello es un mensaje de meritocracia en esos procesos de elección. Frente a la posibilidad de que una persona de altos quilates acuda con la hoja de vida en mano a inscribirse, señaló, “esas son las reglas de juego, de que personas de altos quilates se presenten con la hoja de vida a un proceso de selección, transparente, deliberativo. Me parece acertado que lleven sus hojas de vida”.
Su argumentación
Y en la audiencia pública en la Corte Constitucional sobre la reforma de Equilibrio de Poderes, el exFiscal argumentó que en el primer periodo el Congreso mantenía la estructura del antejuicio político como pilar de la garantía institucional para decir si hay acción penal. El cambio, viola la Constitución en el segundo periodo, donde se crea un nuevo modelo. Se le quita la competencia al Congreso en materia de intervención en los juicios. “Eso viola el principio de consecutividad e identidad flexible y esta norma sustituye pilares de la Constitución. El congreso socava principios, no permite la contradicción, la defensa, controvertir decisiones del Congreso, genera un desbalance en la rama judicial”. También se conoció que Montealegre saldría de viaje fuera del país por una temporada de receso, tras haber culminado su periodo.
La cultura legislativa
La Biblioteca del Congreso abrió la temporada cultural, como parte del apoyo de la presidencia de la Corporación en cabeza del presidente del Senado, Luis Fernando Velasco, alrededor del proceso de paz entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc en La Habana. De esta manera la política y la cultura se unen desde el cuerpo legislativo para construir una sociedad para el posconflicto, donde el arte, la plástica y la literatura se convertirán en eje del desarrollo individual y colectivo de un país que ha vivido más de 50 años de violencia.