La administración del Distrito Capital no se afectará en su funcionamiento, no se registrarán faltantes de recursos para cancelar obligaciones salariales, los grandes proyectos de desarrollo que encuentran en proceso no se paralizarán, pero democráticamente no es bien visto que se aplique la dictadura fiscal en 2011 y 2012.
Resulta que esta semana el Concejo de Bogotá no aprobó el Presupuesto para la vigencia fiscal del próximo año. Es decir que después de un mes y diez días de sesiones, todos los cambios concretados de acuerdo con los aportes de las diferentes bancadas, quedaron en el papel, hasta el punto que el gobierno distrital expedirá en los próximos días un decreto con la asignación por 11,5 billones de pesos para el próximo año.
El martes, cuando la comisión de Hacienda no votó el proyecto de Presupuesto, en la opinión pública quedó el sinsabor y la percepción de que era un mensaje del Concejo para el alcalde electo, Gustavo Petro Urrego. Sin embargo, el viernes pasado, en la primera rueda de prensa con los reporteros que cubren al Distrito Capital, el mandatario entrante dijo enfáticamente que la caída del Presupuesto 2012 en el Concejo afectaba al ciudadano.
En este mismo sentido, el secretario Distrital de Hacienda, Héctor Zambrano Rodríguez, coincidió con Petro Urrego: “No pierde el gobierno saliente ni entrante, sino la ciudadanía. No vemos coherente que se vote la suficiente ilustración y se negaron (los concejales) a seguir discutiendo el proyecto”.
Y eso que se tenían listas modificaciones por cien mil millones de pesos, que fueron concertadas entre la Administración saliente y la entrante en medio de las reuniones de empalme. En su mayoría tenían que ver con el fortalecimiento de la educación, aumentar los cupos para primera infancia, subir la atención primaria en salud, se incorporaban recursos para fortalecer los presupuestos participativos y se incluían recursos para dejar la conexión de la Carrera Once en el sector del Cantón Norte.
Frente a denuncias en torno a que había vigencias futuras en el Presupuesto, el secretario de Hacienda, dijo que no era cierto. “Las vigencias futuras quedaron prohibidas por ley y por lo tanto no podían incluirse en el proyecto”, precisó.
En el marco de la fallida discusión del proyecto de Presupuesto, el concejal del Polo Democrático Alternativo, Celio Nieves Herrera, quien dio su voto positivo, propuso varias modificaciones como reducir algunos rubros de funcionamiento que, a su juicio, debían ser destinados para atender las necesidades de la población capitalina.
De otra parte, Nieves Herrera también había llamado la atención de la Administración Distrital para que fuera tenido en cuenta el tema del calentamiento global que está generando problemas al ambiente debido a las malas actuaciones del hombre con la naturaleza.
Otro de los principales de debates se dio, no solo por la crisis que atraviesa la red pública de salud en Bogotá y Colombia, sino porque supuestamente los recursos disminuyen para el próximo año.
Mientras el concejal Jorge Ernesto Salamanca cuestionó que se contemplara un incremento de apenas 2,54 por ciento en el presupuesto de los hospitales de la red pública, el secretario Distrital de Salud, Jorge Bernal Conde, explicó que después del 20 de diciembre, cuando se hace ajustes al presupuesto, el crecimiento real será del 6 por ciento para la red.