La caída de la inflación en los últimos doce meses que ha bajado el costo de vida para los colombianos, se debe fundamentalmente a los efectos de la entrada en vigor de la última reforma tributaria de 2012. Así lo reconoce el Gobierno al sostener que la entrada en vigor de la medida con cambios en las tarifas del IVA, “incidieron en el grupo de alimentos y bienes y servicios regulados (como los combustibles), los cuales presentaron una menor inflación y contribuyeron a la reducción de la inflación total en 2013”.
De hecho, la inflación en 2013 registró la variación anual más baja desde 1955 (1,94 por ciento), presentando una disminución de 50 puntos básicos (pbs) frente a lo observado en 2012, siendo menor al rango de la meta establecida por el Banco de la República (2 por ciento-4 por ciento).
Precisamente un informe del Ministerio de Hacienda indica que “la Reforma Tributaria de 2012 (Ley 1607 de 2012) tuvo como propósito fundamental contribuir a la reducción de la desigualdad económica y la generación de empleo formal. Esta reforma implementó cambios en el impuesto a la renta de las personas naturales con el impuesto mínimo alternativo (IMAN), en la tributación de las empresas con el impuesto para la equidad (CREE) y en el impuesto al valor agregado (IVA) con la simplificación de las tarifas, entre otras medidas”.
Señalan los investigadores que “los resultados de los ejercicios contables indican que la Reforma tuvo un impacto directo de reducción de 19 puntos básicos y un impacto indirecto de reducción de 14 puntos, para un efecto total de 33 puntos de menor inflación en el 2013. Lo anterior sugiere que en ausencia de la Tributaria, la inflación en 2013 habría sido de 2,27 por ciento”.
Señala la cartera de Hacienda que la simplificación del IVA, tuvo efectos directos sobre los precios de algunos bienes de la canasta familiar al igual que sobre algunas materias primas, especialmente en productos alimenticios, insumos del sector agrícola y combustibles.
“La estructura del IVA antes de la Reforma Tributaria se caracterizaba por una multiplicidad de tarifas. Adicionalmente, este esquema presentaba un tratamiento discriminatorio de bienes que tienen un proceso de producción similar o que son bienes sustitutos, lo que se evidenciaba particularmente en el sector agropecuario. A su vez, se hacía una diferenciación tributaria a materias primas dependiendo del uso o destino de las mismas, haciendo complejo su control”, señalan los analistas.
Para cuantificar el impacto directo de la Reforma Tributaria sobre la inflación de 2013, se aplican las nuevas tarifas de IVA a los bienes que hacen parte de la canasta del IPC, y se calcula el impacto neto de las variaciones introducidas por la reforma en el IVA y el Impoconsumo sobre la inflación total.
Entre los bienes que sufrieron cambios en sus tarifas se incluyen alimentos como azúcar, café, productos de panadería y pasta, al igual que otros bienes y servicios como vehículos, telefonía móvil y salud prepagada. En materia de regulados se incorporó el efecto sobre combustibles (gasolina).
Esto hizo que el grupo de alimentos presentara una variación anual de 0,86% en 2013, menor que la registrada en 2012 (2,5%). Este descenso fue resultado de una reducción de la inflación de procesados y una continuación de la caída en los precios de los perecederos.
En el caso del grupo de regulados se observó una disminución en la inflación anual, al ubicarse en 2013 en 1,05%, explicada principalmente por la reducción en los precios de combustibles (-3,17%). Este rubro presenta una alta incidencia en la inflación total, ya que los incrementos en los precios de la gasolina o el ACPM encarecen el transporte de los productos que finalmente son transmitidos al precio final que paga el consumidor.
Por su parte, los precios de servicios públicos y del transporte público presentaron un incremento promedio de 2,6%, que fueron compensados por la caída en los precios de los combustibles en 2013.