Dentro de las acciones desplegadas en la ofensiva nacional contra el narcotráfico en el departamento de Cundinamarca, la Policía Nacional logró la captura de Pedro Alveiro Páez Cifuentes, conocido como “Marino”, cabecilla de una organización de narcotráfico internacional, encargada del tráfico de cocaína desde Colombia hacia República Dominicana, para ser luego enviada a Estados Unidos y Europa. “Marino” presentaba Circular Roja de Interpol por los delitos de tráfico de drogas y lavado de activos en el país insular; Pedro Páez era el encargado de coordinar el envío de dinero obtenido de las actividades de narcotráfico, para lo cual utilizaba a personas que viajaban por aerolíneas comerciales o por medio de empresas comerciales a modo de fachada o ilegales.
Coordinaciones internacionales y un juicioso trabajo de investigación permitieron dar con el paradero del narcotraficante, quien también respondía al nombre de Darío Gamboa Saavedra, identificación falsificada para evadir a las autoridades y una condena a 11 años de prisión por los delitos de homicidio y lesiones personales en hechos relacionados con conflictos entre esmeralderos, presentados al occidente del departamento de Boyacá.
Ya identificado como Pedro Alveiro Páez Cifuentes, se estableció que vivía en un exclusivo sector del municipio de Chía, en Cundinamarca, se transportaba en vehículos de alta gama y permanecía la mayoría de tiempo en la zona rural de Otanche donde se hacía pasar por campesino de la región y propietario de varias fincas. “Marino” tenía como único destino la isla de República Dominicana y para viajar a ese país utilizaba su segunda identidad.
Aparte de esta captura, desde 2015 la Policía Nacional logró incautar cerca de 400 kilos de cocaína, avaluados en 580 mil dólares, sustancia que se encontrada camuflada en contenedores, el principal recurso de movilidad de esta organización criminal. De igual forma, en julio de 2015, fue capturada Carmen Sofía Carreño, en ese entonces secretaria del Director Nacional de Fiscalías, quien en compañía de cinco personas más transportaban un millón de dólares americanos producto de actividades de narcotráfico. Esta captura fue un golpe determinante contra las finanzas de la organización internacional de tráfico de cocaína, que también manejaba rutas terrestres desde Haití para el lavado de activos mediante correos humanos a Venezuela, Bolivia, Perú y Colombia.