Cuestionado como pocos ha sido el empresario santandereano y nuevo propietario del Cúcuta Deportivo, José Augusto Cadena, en su trayectoria por el fútbol profesional colombiano. Adquirió en el 2006 al equipo de su región, el Atlético Bucaramanga, que en ese tiempo era propiedad de Luis Fernando Yepes y lo puso a debutar en la cancha sintética del “Alfonso López”, inaugurada para la época. Con técnicos como el “Nano” Prince y Eduardo Retat logró capotear el descenso por dos años, pero en el 2008 comenzó la pesadilla, porque los leopardos se fueron a la B y aún no regresan, pese a que Cadena le vendió el equipo en el 2012 al Grupo Santander, que en ese momento puso al frente de la institución al exarquero Óscar Córdoba.
Cadena confirmó ayer, a través de las redes sociales, que adquirió el 65% de las acciones del Cúcuta Deportivo por un valor de 4.790 millones de pesos, comenzando a administrar al equipo a partir del 13 de diciembre.
El tiempo de Cadena al frente del Bucaramanga estuvo marcado por acusaciones de incumplimientos salariales, rumores de indisciplina en los jugadores, y un aparente “conformismo” a nivel dirigencial en el sentido de que le era más viable gestionar al equipo en la A que en la B. El club leopardo no pudo siquiera ingresar a los cuadrangulares en las campañas en la A que tuvo Cadena y después se quedó en el oscurantismo del descenso, del que estuvo más cerca de salir en 2009, cuando perdió la gran final de la temporada ante el Cortuluá y posteriormente la promoción ante el Pereira.
A pesar que de su cantera salieron jugadores como Sherman Cárdenas, Edwards Jiménez, Andrés “Michi” Sarmiento y Edison “La Pulga” Pinzón, no consiguió venta alguna que beneficiara realmente las arcas del equipo y extranjeros que dejaron huella en el fútbol colombiano como Héctor Burguez, Luis Barbat o Marcos Cardozo “Marquinho”, no se destacaron precisamente por su paso por el Bucaramanga.
José Augusto Cadena siempre coqueteó con la posibilidad de que a sus equipos Coldeportes les quitara el reconocimiento deportivo, y mientras que con Bucaramanga llegó al punto de ser denunciado por Acolfutpro, cuando llegó a Patriotas a comienzos de año fue objeto de huelgas en la plantilla por incumplimientos de hasta dos meses de acreencias laborales, lo cual es causal de intervención del ente estatal.
Y es que si los años de Cadena en Bucaramanga fueron una lenta agonía, los meses que duró en Tunja con Patriotas fueron un auténtico suplicio, antes de vender su paquete accionario, antes de comenzar la Liga Postobón II a un grupo donde está el otrora presidente de Santa Fe, César Guzmán y se dice que también estaría el veterano dirigente Juan José Bellini.
Tal fue el cambio en Patriotas con la partida de Cadena, que mientras que en el primer semestre no ganaron ni un solo partido, en el actual logró cinco triunfos, ocho empates y cinco derrotas que lo dejaron en el undécimo puesto y peleando la clasificación hasta las últimas fechas. Quizás el único ángulo positivo que pueda tener la llegada de José Augusto Cadena a un equipo, sea su posterior partida, o por lo menos así lo debe estar pensando Julio Avelino Comesaña, actual técnico del cuadro boyacense y quien en su momento se mostró públicamente de acuerdo con que el santandereano se apartara de la institución.
Ahora, Cadena se enfrenta a un Cúcuta Deportivo marcado por una constante inestabilidad en materia de directores técnicos, jugadores que renuncian a diestra y siniestra por los atrasos en sus pagos o la falta de los mismos, y ad portas de pelear la promoción, es decir básicamente el mismo panorama que Cadena ha dejado en las instituciones por las que ha pasado. Sin duda, más de un fanático de la institución motilona se debe estar preguntando cómo tanto de la misma enfermedad que ha afectado al fútbol colombiano por años, se pueda convertir ahora en una cura.