Cambios anímicos y conductuales son alertas temprana de esta patología, que no es exclusiva de los adultos mayores
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Preocupados por el aumento de casos de Alzheimer en el mundo, (9,9 millones), la Asociación Colombiana de Neurología invita unirse a la campaña Cójale el hilo al Alzheimer, con motivo del día mundial de esta patología, que se conmemora hoy, dando a conocer los principales signos de alerta: pérdida de la memoria reciente, desorientación en tiempo y espacio, cambios en la expresión del lenguaje y dificultad para realizar actos motores.
Según la neuróloga Carolina Ruiz, miembro del Comité Temático de Demencias de la ACN, “existen otros síntomas de alarma aparte de la tendencia a la pérdida progresiva de la memoria. Se recomienda estar atento a la alteración de la capacidad de planear o tomar decisiones, la dificultad para encontrar los nombres de las personas o cosas, la presencia de cambios en el estado de ánimo y/o en los hábitos. La aparición de síntomas anímicos como la depresión y/o la ansiedad así como la aparición de alteraciones en la conducta también debe ser tenida en cuenta. Todo lo enumerado antes, sumado a un deterioro gradual en la funcionalidad de la persona, son hallazgos que deben ser considerados como signos de alarma y se recomienda consultar para poder realizar un diagnóstico oportuno y brindar un tratamiento temprano del Alzheimer. El diagnóstico y el tratamiento oportuno han demostrado beneficios para el paciente mismo, la familia y la sociedad”.
Factores de riesgo
La enfermedad de Alzheimer es un trastorno neurodegenerativo primario que suele aparecer a partir de los 60 años; sin embargo, puede llegar a presentarse en personas más jóvenes. Existe una relación entre la aparición y la progresión del deterioro cognoscitivo y algunos factores de riesgo relacionados con el modo de vida, tales como; la inactividad física, la obesidad, dietas desequilibradas, el consumo de tabaco y alcohol, los altos niveles de colesterol, la diabetes y la hipertensión. Otros factores de riesgo que han demostrado tener relación con un mayor riesgo de demencia son: la depresión, el bajo nivel educativo, el aislamiento social y la inactividad cognitiva.
“Malos hábitos y situaciones que hoy en día los jóvenes pueden controlar y modificar tempranamente con una nutrición sana, evitando el uso de sustancias tóxicas, practicando una actividad física e intelectual. Una vida sana puede retardar la aparición de las fases clínicas de la Enfermedad de Alzheimer, incluso en años, dando como resultado una mejor calidad de vida en particular en relación a la funcionalidad y en una importante reducción de costos tanto directos como indirectos, en el diagnóstico, manejo y el cuidado de estos pacientes,” añade la neuróloga Ruiz.
Aunque no hay ningún tratamiento que pueda curar la demencia o revertir su evolución progresiva, existen tratamientos farmacológicos y no farmacológicos que permiten disminuir la velocidad de la progresión de la enfermedad postergando la pérdida de la funcionalidad. Existe beneficio al brindar una estimulación cognitiva a los pacientes; así como numerosas intervenciones que se pueden ofrecer para apoyar y mejorar la calidad de vida de las personas con demencia, sus cuidadores y familias.