Cada 7 segundos hay un caso de Alzheimer en el mundo | El Nuevo Siglo
Foto cortesía Clinica Magic
Miércoles, 20 de Septiembre de 2017
Cambios anímicos y conductuales son alertas temprana de esta patología, que no es exclusiva de los adultos mayores

_______________

Preocupados por el aumento de casos de Alzheimer en el mundo, (9,9 millones), la Asociación Colombiana de Neurología invita unirse a la campaña Cójale el hilo al Alzheimer, con motivo del día mundial de esta patología, que se conmemora hoy,  dando a conocer los principales signos de alerta: pérdida de la memoria reciente, desorientación en tiempo y espacio, cambios en la expresión del lenguaje y dificultad para realizar actos motores.

Según la neuróloga Carolina Ruiz, miembro del Comité Temático de Demencias de la ACN, “existen otros síntomas de alarma aparte de la tendencia a la pérdida progresiva de la memoria. Se recomienda estar atento a la alteración de la capacidad de planear o tomar decisiones, la dificultad para encontrar los nombres de las personas o cosas, la presencia de cambios en el estado de ánimo y/o en los hábitos. La aparición de síntomas anímicos como la depresión y/o la ansiedad así como la aparición de alteraciones en la conducta también debe ser tenida en cuenta. Todo lo enumerado antes, sumado a un deterioro gradual en la funcionalidad de la persona, son hallazgos que deben ser considerados como signos de alarma y se recomienda consultar  para poder realizar un diagnóstico oportuno y brindar un tratamiento temprano del Alzheimer. El diagnóstico y el  tratamiento oportuno  han demostrado beneficios para el paciente mismo, la familia y la sociedad”. 

Factores de riesgo

La enfermedad de Alzheimer es un trastorno neurodegenerativo primario que suele aparecer a partir de los 60 años; sin embargo, puede llegar a presentarse en personas más jóvenes. Existe una relación entre la aparición y la progresión del deterioro cognoscitivo y algunos factores de riesgo relacionados con el modo de vida, tales como; la inactividad física, la obesidad, dietas desequilibradas, el consumo de tabaco y alcohol,  los altos niveles de colesterol, la diabetes y la hipertensión. Otros factores de riesgo que han demostrado tener relación con un mayor riesgo de demencia son: la depresión, el bajo nivel educativo, el aislamiento social y la inactividad cognitiva. 

“Malos hábitos y situaciones que hoy en día los jóvenes pueden controlar y modificar tempranamente con una nutrición sana, evitando el uso de sustancias tóxicas, practicando una actividad física e intelectual. Una vida sana puede retardar la aparición de las fases clínicas de la Enfermedad de Alzheimer, incluso en años, dando como resultado una mejor calidad de vida en particu­lar en relación a la funcionalidad y en una importante reducción de costos tanto directos como indirectos, en el diagnóstico, manejo y el cuidado de estos pacientes,” añade la neuróloga Ruiz.

Aunque no hay ningún tratamiento que pueda curar la demencia o revertir su evolución progresiva,  existen tratamientos farmacológicos  y no farmacológicos que permiten disminuir la velocidad de la progresión de la enfermedad postergando la pérdida de la funcionalidad. Existe beneficio al brindar una estimulación cognitiva a los pacientes; así como  numerosas intervenciones que se pueden ofrecer para apoyar y mejorar la calidad de  vida de las personas con demencia, sus cuidadores y familias.