El ministro del Interior colombiano, Federico Renjifo, anunció este lunes que el gobierno y los delegados indígenas del departamento de Cauca, que piden el retiro de la fuerza pública y la guerrilla de esa zona del país, proseguirán el diálogo el próximo viernes.
"En Popayán vamos a continuar el viernes el diálogo, donde vamos a discutir temas de los derechos humanos de los indígenas", dijo Renjifo a periodistas tras reunirse durante dos horas y media con los voceros de la etnia Nasa-Paez.
La reunión de este lunes, que tuvo lugar en la población de Santander de Quilichao (Cauca), fue "franca y de muy buena fe" y, además, "el diálogo fue fluido y no hubo ningún tema que hubiera sido vedado", puntualizó el ministro.
"El paso con los indígenas hoy ha sido una mesa instalada de muy, muy buena fe y espero que eso tenga resultados de mucho avance para el departamento del Cauca", agregó Renjifo.
La AFP intentó contactar telefónicamente con Feliciano Valencia, líder de los indígenas y participante en la reunión, pero no obtuvo respuesta. Sin embargo, otro de los dirigentes indígenas, Luis Acosta, confirmó a la AFP la existencia de la "mesa de diálogo del viernes", aunque él no participó en el encuentro de este lunes.
Respecto a la exigencia de los indígenas de que la Fuerza Pública salga de la zona, el ministro Renjifo dijo que "la posición del gobierno ha sido clara desde el principio y eso es lo que tenemos que entender. Nosotros hemos dicho desde el principio que las Fuerzas Militares no tienen ningún territorio vedado", remarcó.
Renjifo emprendió el diálogo con los aborígenes para tratar de encontrar caminos y soluciones a la problemática de la región, fuertemente afectada por la presencia de la guerrilla comunista de las Farc, a la que los indígenas también quieren expulsar de la zona.
Las Farc es la principal guerrilla colombiana, con 48 años de sangrienta lucha armada contra el Estado y unos 9.200 combatientes, según el Ministerio de Defensa.
Desde hace dos semanas los indígenas vienen reclamando la salida de sus territorios de los actores armados del conflicto, al considerar que las únicas víctimas de la confrontación entre las Farc y el ejército colombiano son los habitantes de los pueblos allí localizados.
La decisión de los aborígenes llevó a una serie de enfrentamientos con la fuerza pública, que dejaron como saldo la muerte de un indígena y de un campesino, en unos hechos que investigan las autoridades.
El jueves, al término de una reunión con delegados de la ONU y la Defensoría del Pueblo, dirigentes indígenas propusieron la instalación de una mesa de negociación y el cumplimiento por el gobierno de lo que llamaron 'cuatro mínimos'.
Entre sus peticiones, los voceros de la etnia Nasa-Paez solicitaron que la Fiscalía no procese a los miembros de la comunidad que se enfrentaron al ejército, que la policía suspenda la vigilancia que ejerce sobre 32 heridos que participaron en las refriegas, y que la ONU y la Defensoría del Pueblo sean garantes del diálogo.
Finalmente, insisten en que el ejército abandone el cerro El Berlín, cercano a la población de Toribío, donde los militares vigilan varias torres de telecomunicaciones y una amplia zona del norte de Cauca.
El Cauca es una de las regiones de Colombia donde es más intenso el conflicto armado, y es señalada también como una zona importante de cultivos de marihuana y coca, así como un estratégico corredor para la salida de las drogas hacia el océano Pacífico.
AFP