La espesa nube de incertezas generada por la histórica decisión del Reino Unido de salir de la Unión Europea actuará como un lastre para el crecimiento de la economía mundial hasta el 2017, alertó hoy el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Este escenario llevó a la entidad financiera a encender nuevamente las luces de alarma y reducir marginalmente en 0,1 punto porcentual su previsión para el crecimiento global este año y en el próximo, con relación a la expectativa que había anunciado en abril.
En esta actualización de su expectativa, el FMI prevé que el crecimiento global este año será de 3,1%, siendo que en 2017 experimentaría una leve ampliación a 3,4%.
Para el FMI, la victoria de los que defienden la ruptura con la Unión Europea nubló las expectativas tanto para la economía británica como para la zona del euro, y por ello revisó marginalmente a la baja el desempeño de una economía global ya en medio de una recuperación sumamente frágil.
Esa nueva relación entre el Reino Unido y la UE podría representar el surgimiento de nuevas barreras económicas, con su consecuente impacto en los mercados financieros, los niveles de consumo y la confianza de inversionistas.
Para el FMI, este cuadro podrá representar para la economía británica un precio alto, de alrededor de 1% de su crecimiento para 2017, en un cuadro marcado por un "significativo debilitamiento de la demanda doméstica".
"La continuidad de las incertezas deberá tener un impacto en el consumo y especialmente en las inversiones", apuntó el FMI.
Sin embargo, el FMI señaló la persistencia de otros riesgos, además del Brexit, para el desempeño de la economía global.
Entre esos factores, mencionó préstamos disfuncionales y la baja rentabilidad de los bancos en Grecia, Italia y Portugal, y las continuas turbulencias en los mercados financieros.
Se trata, apuntó el FMI, de factores que "podrían tener severas repercusiones macroeconómicas".
Para la entidad, mientras las perspectivas de corto plazo para la economía de China permanecen básicamente las mismas, la fuerte dependencia de crédito para impulsar el crecimiento podría generar inestabilidad.
En el caso de América Latina y el Caribe, el FMI mantuvo su previsión de abril prácticamente intocada, con una marginal revisión al alza de 0,1 punto.
La región deberá cerrar el año con retroceso de -0,4%, siendo que en abril había señalado una expectativa de -0,5%. Para el año 2017, el FMI prevé un crecimiento de 1,5% (1,4% en abril).
La gran sorpresa de la región, de acuerdo con la expectativa del FMI, es la situación de Brasil, donde el FMI revisó al alza su previsión en medio punto porcentual.
El gigante sudamericano deberá cerrar el año en curso de -3,3% para exhibir en 2017 una tímida recuperación de 0,5%.
México, en tanto, deberá crecer 2,5% este año (alza de 0,1 punto con relación a abril) y 2,6% el año próximo (sin cambios).
En África las preocupaciones se centran en Nigeria, la mayor economía de ese continente, que sufre con la continuada caída en los precios del petróleo, escasa producción de energía y desplome de la confianza de los inversionistas.
El FMI había previsto que la economía nigeriana debería crecer 2,3% pero de acuerdo con la revisión podría en cambio retraerse 1,8%, como resultado de la fuerte desvalorización de su moneda.