El ejército filipino respetó un alto el fuego de unas horas en su ofensiva contra los yihadistas que ocupan la ciudad de Marawi (sur) para permitir a los habitantes celebrar el Eid al Fitr, que pone fin al Ramadán.
Según el general Eduardo Ano, jefe del Estado Mayor filipino, las tropas han observado una "pausa humanitaria" de ocho horas en Marawi, la ciudad musulmana más grande de Filipinas, un país con población mayoritariamente católica.
"Decretamos la suspensión de las operaciones actuales en la ciudad en este día para demostrar nuestro respeto por la fe musulmana", declaró el general en un comunicado.
En cuanto acabó la tregua, en torno a las 14H00 locales (06H00 GMT), estallaron disparos, constató la AFP.
El Eid al Fitr pone fin a un mes de recogimiento y oración en el que los fieles se abstienen de comer, beber y mantener relaciones sexuales desde el alba hasta la puesta de sol.
El 23 de mayo, cientos de yihadistas que enarbolaban la bandera negra del grupo Estado Islámico (EI) se hicieron con el control de barrios enteros de Marawi, en la región de Mindanao. Contaron con la ayuda de combatientes extranjeros.
Desde entonces hay enfrentamientos calle por calle y casa por casa. Filipinas lleva a cabo una campaña intensiva de bombardeos aéreos y una ofensiva terrestre pero no ha logrado expulsar a los yihadistas de los lugares en los que están atrincherados.
- Capital cultural -
Casi todos los 200.000 habitantes de Marawi han huido y se han refugiado en centros de acogida o en casa de familiares y amigos de otras ciudades.
En Iligan, al norte de Marawi, los habitantes desplazados por la guerra, vestidos con colores chillones, han rezado en el ayuntamiento. Los comandos de las fuerzas de acción especial de la policía montaban guardia.
El portavoz de la presidencia Ernesto Abella ha informado del envío de un buque de la marina filipina a Cotabato, al sur de Marawi, para reabastecer a los soldados que participan en los combates y hacer las veces de hospital flotante para los heridos.
Según el general Restituto Padilla, portavoz del ejército, unos 500 civiles siguen atrapados en Marawi. Catorce personas fueron socorridas el viernes, añadió.
"Seguiremos intentando entrar en las zonas ocupadas (por los yihadistas) y liberar Marawi", declaró a la radio DZBB.
Marawi, a orillas de un lago, era conocida por su dinamismo comercial. Ahora algunos barrios de la ciudad, considerada la capital cultural musulmana del archipiélago, han quedado completamente destruidos.
- 'Socorrer' a civiles -
Casi 300 yihadistas y 67 soldados han muerto en los combates, según las autoridades.
Los voluntarios intentan aprovechar los momentos de tregua para "socorrer" a algunos civiles, asegura el alcalde de Marawi, Majul Usman Gandamra.
"Este Eid es memorable porque lo festejamos lejos de casa", declaró a la televisión ANC. "Esperamos que el problema se solucione pronto. Llamo a todo el mundo a seguir rezando para que la crisis en nuestra ciudad de Marawi termine".
El presidente Rodrigo Duterte ha decretado la ley marcial en la región de Mindanao, donde viven 20 millones de personas, y acusa a los islamistas de querer decretar un "califato".
Entre los yihadistas muertos en Marawi figuran combatientes procedentes de Chechenia, Indonesia y Malasia.
Un alto mando del ejército filipinos declaró el sábado que el presunto jefe del grupo Estado Islámico (EI) en Filipinas logró huir de la ciudad. Isnilon Hapilon, líder a su vez del grupo Abu Sayaf, es uno de los terroristas más buscados por Estados Unidos, que ofrece cinco millones de dólares por su captura.
Australia y Estados Unidos ayudan a las autoridades filipinas en su combate contra los yihadistas.