El ministro de Hacienda de Brasil, Joaquim Levy, descartó el viernes una alza abrupta de impuestos, tras adoptar las primeras recetas de ajuste para equilibrar las finanzas públicas frente al magro crecimiento económico.
"Probablemente tendremos que pensar en reequilibrar algunos impuestos, incluso porque algunos fueron reducidos hace algún tiempo. Y ese ingreso está haciendo falta", dijo Levy en una conversación con internautas a través de Facebook.
Sin embargo, agregó: si "hubiera algún cambio se hará con cuidado y después de que agotemos otras posibilidades".
Levy destacó que el gobierno está tomando medidas de austeridad antes de llegar a una crisis. "Estamos en el camino correcto, y esta vez estamos intentando armonizar las cosas antes de llegar a una crisis", sostuvo.
La mayor economía de América Latina prevé un crecimiento cercano a cero en 2014, y de apenas 0,5% en 2015, muy lejos del 7,5% que alcanzó en 2010. A la desaceleración se suma una inflación de 6,41% el año pasado, cerca del techo de la meta oficial de 6,5%.
El gobierno de la izquierdista Dilma Rousseff, que asumió en enero para un segundo mandato de cuatro años, se vio forzado a adoptar una política de austeridad con miras a equilibrar las cuentas públicas, recuperar la confianza de los mercados y atraer inversiones.
En ese sentido, el ministro destacó el recorte de gastos de funcionamiento anunciado el jueves por el gobierno, y las restricciones impuestas al seguro de desempleo y la pensión por muerte.
"Además de eso, el gobierno disminuyó el volumen de préstamos con intereses baratos para algunas empresas. Un préstamo barato también es pagado por el contribuyente y tiene que ser dado solo en situaciones especiales", indicó.
Levy remarcó que esas acciones apuntan a poner en orden las cuentas públicas para tener una "economía más eficiente, más competitiva" que permita "conquistar" mercados externos.
El jueves, el Ejecutivo limitó mediante decreto los llamados gastos discrecionales de los organismos federales en busca de ahorrar 703 millones de dólares mensuales.
La medida excluye salarios, pensiones o beneficios laborales, y se enfoca en rubros como viajes, compras y servicios. Brasil espera conseguir en 2015 un ahorro fiscal de 66.000 millones de dólares (1,2% del PIB).