Acosada por la recesión y tratando de agilizar el intercambio comercial con Colombia, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, llega hoy para buscar nuevos aires a la grave situación de su país.
Su visita coincide con la decisión todavía caliente del Fondo Monetario Internacional (FMI) que ha bajado sus previsiones de recesión para Brasil en 2015, que situó ahora en un negativo 3 % para este año, un punto y medio porcentual peor que hace apenas tres meses, dado el "deterioro de la confianza" y el "declive en la inversión".
Este país, que tiene con Colombia un acuerdo comercial marcado en Mercosur, es actualmente una economía debilitada, tanto que el FMI da también una contracción del 1 por ciento para el 2016.
Se trata de la mayor revisión a la baja de las perspectivas de una de las grandes economías mundiales. En el reporte, el Fondo subrayó que esta rebaja se debe "a que la confianza de los empresarios y los consumidores continúa en retirada en Brasil en gran medida debido al deterioro de las condiciones políticas".
"La inversión está declinando rápidamente, y el necesario ajuste de la política macroeconómica está presionando a la baja la demanda doméstica", agregó el informe.
Señaló el organismo multilateral que "dado el tamaño y la interconexión de la economía brasileña" en grandes partes de la región este frenazo tendrá significativos efectos negativos sobre el crecimiento en otras partes de Latinoamérica.
Previsiones
Mientras que estas cifras negativas marcan el rumbo de Brasil, el FMI también acaba de rebajar el crecimiento de Colombia a 2,5 por ciento para este año desde una perspectiva del 3 por ciento, pero a la vez en el país se siente un apretón de la inflación que ya marca 5,35 por ciento anual, superior en 1,35 por ciento a la meta máxima establecida por el Banco de la República a comienzos de año de 4 por ciento.
Precisamente, la presidenta Rousseff tiene como objetivo primordial, agilizar el intercambio comercial con Colombia mediante la eliminación de aranceles a varios sectores, pero principalmente al rubro automotor.
Actualmente la entrada de vehículos brasileños tiene un arancel del 35 por ciento, pero el pedido de Brasil es dejarlo en cero en el menor tiempo posible.
De acuerdo con el presidente de Asopartes, Tulio Zuluaga, “el objetivo de Brasil es adelantar cuanto antes la desgravación a la entrada de vehículos a Colombia, lo mismo que sucedió con México. Actualmente las importaciones de vehículos desde Brasil tienen que pagar un arancel del 35 por ciento, que está enmarcado dentro de los acuerdos comerciales establecidos por dos países en el Mercosur”.
Sin impacto
Según el directivo gremial, “ese pedido de Brasil no va a tener consecuencias para el sector autopartista, como no lo tuvo tampoco con México, y se trata del libre mercado entre los dos países”.
Brasil registró el año pasado un superávit de 669 millones de dólares en su comercio con Colombia, producto de exportaciones hacia el país andino por 2.384 millones de dólares e importaciones por 1.716 millones de dólares, según datos del Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior.
Colombia demanda de Brasil principalmente productos manufacturados (92,6 %), mientras que las materias primas tan sólo representan el 2,5 % de las importaciones.
La contracción en la economía brasileña estimada por el FMI es idéntica a la calculada por la agencia evaluadora de riesgos Moody’s, que informó que “no vemos una mejora de la situación de Brasil en el corto plazo debido a la falta de consenso político, y no creemos que Brasil logre alcanzar un crecimiento real del 2 % hasta 2017, 2018", señaló Mauro Leos, analista senior de la agencia.
Por lo pronto Moddy’s mantiene a Brasil dentro del grado de inversión, pero Mauro Leos estima que puede perderlo en una próxima medición al igual que ya ocurrió el mes pasado en la evaluación realizada por la agencia Standard and Poor’s.