El Comité de Basilea, encargado de dictar las normas bancarias a nivel mundial, propuso uniformizar el cálculo de fondos propios mínimos de los bancos para limitar las grandes diferencias que existen actualmente entre las distintas entidades.
"El capital mínimo obligatorio se basaría en criterios armonizadas según el riesgo de crédito, de mercado y operacional", criterios que también deben ser discutidos, indicó en un comunicado el Banco de Pagos Internacionales (BPI), al que pertenece el Comité de Basilea.
En la actualidad, los bancos deben reservar una parte de su capital en función de su hoja de balance, ponderado según una estimación de riesgos que varía mucho de unas entidades a otras, lo que preocupa a las autoridades bancarias.
"Como se observa en el reciente informe del del G20 (el grupo de países más ricos del mundo), el Comité actúa para reducir el nivel de variación entre las ratios de capital de los bancos", señala el comunicado.
La puesta en marcha de un capital mínimo obligatorio permitirá mejorar la comparación entre bancos y evitará que el nivel de capital del sistema bancario en su conjunto "baje de un cierto nivel", indicó el BPI en un comunicado difundido el lunes.
La propuesta se inscribe dentro de la estrategia global para devolver la confianza a los inversores preocupados por la forma en que los bancos calculan su reserva de fondos propios, y para evitar una repetición de la crisis financiera mundial de 2007-2009.
Las entidades tienen hasta el 27 de marzo para pronunciarse sobre estas medidas, que deberían entrar en vigor en 2019, cuando las otras modificaciones introducidas en la reglamentación de fondos propios ya estén plenamente implantadas.