La aviación rusa bombardeó intensamente varios feudos rebeldes en Siria, horas antes de que entre en vigor un esperado alto el fuego que se anuncia muy difícil de cumplir.
La tregua entre el régimen y los rebeldes "moderados", la primera de este tipo tras cerca de cinco años de guerra, debe aplicarse a partir del sábado a las 00H00 locales (22H00 GMT del viernes).
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, advirtió a Moscú y Damasco que el "mundo estará observando" el respeto de esta tregua.
El régimen de Bashar al Asad, cerca de 10 facciones rebeldes y las fuerzas kurdas anunciaron que respetarían el alto el fuego.
La tregua no concierne sin embargo a los grupos yihadistas Estado Islámico (EI) y Frente Al Nosra, la rama siria de Al Qaida, que controlan importantes zonas del territorio sirio.
El jefe del Frente Al Nosra, Mohamad al Jolani, urgió a los opositores de Asad, rechazar el alto el fuego e intensificar los ataques contra el régimen.
"Cuidado con la trampa de Occidente y Estados Unidos", dijo en un mensaje de audio. "Las negociaciones son las que se llevab a cabo en el campo de batalla."
Los rebeldes sirios "moderados" se encuentran muy debilitados tras el ascenso del EI y el Frente al Nosra, y sólo controlan una parte mínima del país, en particular al este de Damasco, en Alepo (norte) y en Homs (centro).
En las últimas horas, estos bastiones rebeldes fueron intensamente bombardeados por la aviación rusa, aliada de Damasco.
"Los bombardeos rusos son más intensos que de costumbre contra bastiones rebeldes, sobre todo en la Ghuta oriental, al este de Damasco, en el norte de la provincia de Homs (centro) y en el oeste de la provincia de Alepo (norte)", según la oenegé Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).
- 'Marcar puntos' -
Decenas de bombardeos alcanzaron la Ghuta oriental, uno de los más importantes bastiones de los rebeldes. Por su lado, las fuerzas del régimen bombardearon con fuerza su principal ciudad, Duma, según OSDH.
Intensos ataques aéreos también golpearon Jobar, un barrio periférico de Damasco donde Al Nosra es influyente.
"Es como si ellos (Rusia y el régimen) quisieran dominar a los rebeldes en estas regiones o marcar puntos antes de la tregua", explicó Rami Abdel Rahman, director del OSDH.
La aplicación del alto el fuego va a ser complicada, puesto que el Frente Al Nosra y otros rebeldes están aliados en diferentes regiones, frente a las fuerzas del gobierno.
"Los territorios son muy mixtos, en especial en Idleb (noroeste) y Alepo. Será muy complicado", destacó Abdel Rahman.
Además de la complejidad en el terreno, las alianzas son también muy diversas. Por un lado, Rusia, Irán y el Hezbolá chiita libanés apoyan al régimen de Al Asad.
Estados Unidos, Arabia Saudí y Turquía en cambio dan su apoyo a diversos grupos rebeldes. Rusia y Estados Unidos en particular bombardean además a los grupos EI y Al Nosra.
En Moscú, el presidente ruso, Vladimir Putin prometió el viernes continuar su "lucha implacable" contra el EI, el Frente Al Nosra y otras "organizaciones terroristas", excluidas del alto el fuego. El proceso de paz será "complicado", sentenció.
Esta mención de otras "organizaciones terroristas" va precisamente a complicar el proceso puesto que para el régimen de Asad y su aliado ruso, todos los grupos opositores al poder sirio son "terroristas".
En Ginebra se realizaban la noche del viernes negociaciones entre los representantes internacionales para intentar finalizar las modalidades de la tregua.
Al mismo tiempo, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptará una resolución que ratificará el acuerdo del cese de las hostilidades y exigirá su aplicación por parte de todas las facciones implicadas, según diplomáticos.
A nivel internacional, sin embargo, se ven con escepticismo las posibilidades de poner fin a esta situación.
Turquía, otro actor importante en las negociaciones, está "seriamente preocupada" respecto a la viabilidad de la tregua por culpa de los continuos bombardeos rusos, declaró el viernes el portavoz de la presidencia turca, Ibrahim Kalin.
Incluso el siempre optimista secretario de Estado estadounidense, John Kerry, hace referencia a un "plan B" en caso de que fracase el diálogo.
Desde que empezó en 2011, la guerra en Siria ha dejado más de 270.000 muertos y ha obligado a la mitad de la población a huir de su casa.