Según un reciente estudio del Observatorio de Medios y del Seminario en Comunicación Pública de la Universidad de La Sabana, la sanción e inhabilidad por 15 años que la Procuraduría le dio al alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, por el ineficiente e improvisado manejo de las basuras en la ciudad, no fue el único tema que le pasó factura al burgomaestre de la capital a punto de finalizar su gestión luego de que el Consejo de Estado tumbara la “tutelatón” que pretendía evitar su destitución.
Al conocer la opinión de 782 ciudadanos que fueron entrevistados, cara a cara, mayores de 18 años y habitantes en 19 de las 20 localidades de la ciudad, el informe llegó a la conclusión que los principales problemas que tiene Bogotá, según la percepción de la gente, son: la inseguridad, el mal manejo de los recursos públicos y la movilidad.
Lo anterior, resulta aún más preocupante si se tiene en cuenta que no se cumplieron los ejes fundamentales de la campaña de Petro, en 2011, que fueron: trabajar por una ciudad incluyente, apoyar la economía popular, recuperar la movilidad en las arterias viales, y hacer una gestión transparente y sin corrupción.
A la pregunta ¿Cuál es el principal problema de Bogotá? los ciudadanos respondieron, en orden de importancia: seguridad (27%), corrupción (14%), estado de las vías y movilidad (13%), salud (11%), educación (8%), transporte público (6%), funcionarios públicos (5%), pobreza y desigualdad (5%), desempleo (5%), otros (4%) y vivienda (1%).
Cuando se indagó por la calificación al distrito, en una escala de 0 a 5, los bogotanos rajaron a la administración distrital con un puntaje de 2,3. Por temas, la evaluación se distribuyó de la siguiente manera: gestión de recursos (1,8), infraestructura vial (1,8), seguridad (1,8), lucha contra la pobreza (1,9), gestión en salud (1,9), transporte (2), empleo (2,3), vivienda (2,6) y educación (2,8).
El informe tampoco paso por alto la reciente crisis de Transmilenio, pues los capitalinos también le ‘pasaron factura’ al sistema de transporte masivo que tiene la ciudad. Calificaron su gestión con un 2,1 sobre 5.
De todos los organismos privados y públicos que fueron evaluados, el mejor librado fue el Ejército Nacional, el cual alcanzó una calificación de 3 sobre 5; le siguió la policía con un puntaje de (2,6), la Fiscalía (2,4), la Procuraduría (2) y el Consejo (1,7)
Revocatoria fracasaría
Según el estudio, el 81% de los bogotanos tiene claro que el próximo 6 abril se realizará la revocatoria del burgomaestre de Bogotá, y de hecho el 67% de los ciudadanos asistirá a las urnas. Sin embargo, solo el 42% votaría por el Sí y el 40% por el No. El restante 18% aún no sabe qué hacer con su voto.
Para Juan David Cárdenas, coordinador del Observatorio de Medios y director del estudio, “la revocatoria de Gustavo Petro sería efectiva –si y solo si– al final de la jornada electoral se superan los 900.000 votos, que equivale al 40% del umbral de participación de las elecciones pasadas en las que fue elegido como alcalde mayor de Bogotá”, dijo.
Aunque los bogotanos no revocarían su mandato, tampoco ven con buenos ojos su gestión. De las 782 personas que fueron encuestadas en el estudio, el 100% calificó el mandato del Alcalde con 2,8 sobre 5.
No es solo Petro
El descontento de la ciudadanía sobrepasa los límites frente a la gestión del Distrito, pues los bogotanos también rajaron al Concejo de Bogotá (1,7 sobre 5). Igualmente llama la atención la resistencia que tienen los habitantes con respecto a los entes de control, teniendo en cuenta que tanto la gestión de la Procuraduría General (2,0) como la de la Fiscalía General (2,4) obtuvo muy mala calificación.
“De hecho, en cuanto a la evaluación que los ciudadanos le dan a la gestión distrital, los peores registros fueron para el manejo de recursos, el estado de las de vías y la seguridad, todas estas con apenas una calificación de 1,8 sobre 5”, afirmó Cárdenas.
De todas las variables analizadas en el estudio ninguna se salvó, aunque unas estuvieron peores que otras. “La gente no siente que este tan mal los temas relacionados con educación (2,8), vivienda (2,6) y empleo (2,3)”, agregó.
Paz
Además de analizar la cultura y el clima político que días previos a las elecciones legislativas se vivían en Bogotá, el estudio se concentró en preguntarles a los ciudadanos sobre sus opiniones con relación a los diálogos de paz que se adelantan en La Habana, Cuba.
Para el 88% de los consultados, es claro que en el archipiélago caribeño el Gobierno Nacional y las Farc adelantan un proceso de paz. Y aunque esa mayoría se reduce (77%) al momento de preguntarle si está de acuerdo con ese acercamiento, el 56% tiene un alto interés en seguir de cerca lo que allí sucede.
No obstante, estar pendiente no significa que haya una dosis de optimismo muy marcada debido a que el 32% de los encuestados califica de “ni pesimista ni optimista” su actitud con respecto al desenlace de estos diálogos. Y la apuesta por la paz, liderada sustancialmente por la coalición del gobierno y por el presidente Santos también podría enredarse, de acuerdo con la percepción de la ciudadanía bogotana.
Lo anterior se debe a que el 37% de los bogotanos no está de acuerdo con que la sociedad perdone a los guerrilleros. Esta es una mala noticia ante una eventual política de reconciliación nacional e incluso frente al actual desarrollo de la Ley de Restitución de Tierras. De igual forma, el 63% está en “muy en desacuerdo” con la posibilidad de que los miembros de las Farc participen activa y abiertamente en política.
Y el panorama continúa siendo gris, si se tiene en cuenta que la credibilidad de los guerrilleros está por el piso, según la ciudadanía. Esto cobra sentido toda vez que el 54% de los encuestados considera improbable que los insurgentes vayan a reparar y a reconocer a sus víctimas. Adicionalmente, el 53% está seguro que los miembros de esta guerrilla no van a contarle al país ni al mundo la verdad sobre sus actos.
Así mismo, las expectativas con respecto al fin de las actividades ilícitas que históricamente han caracterizado a las Farc parecen ser nulas. Esto se debe a que el 43% de los bogotanos consideran muy improbable que los guerrilleros vayan a abandonar los cultivos ilícitos y el 41% piensa que tampoco abandonarán las armas.
Pese a lo anterior, aún parecen quedar sobre la mesa algunas alternativas porque la mayoría de los encuestados (46%) sí está de acuerdo con que los integrantes de las Farc se reincorporen a la vida civil. Adicionalmente, el 44% está muy de acuerdo en aceptar que a estas personas se les apliquen penas alternativas al momento de ser juzgados por la ley.