Ad portas de concluir el plazo para cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que Colombia junto con 189 países miembros de la ONU firmaron en septiembre de 2000, el país y su capital trabajan para alcanzar las metas. Algunas de ellas tienen que ver con la mortalidad infantil ¿Cómo va Bogotá? ¿Qué ha logrado? Quinto informe.
Por: Orlando Pinzón
Periodista de El Nuevo Siglo
Bogotá logró reducir las tasas de mortalidad infantil en niños menores de uno y cinco años, de acuerdo con las metas trazadas en el cuarto Objetivo de Desarrollo del Milenio, y de acuerdo con las cifras oficiales la tendencia continúa a la baja.
De acuerdo con la Secretaría Distrital de Salud, la mortalidad infantil mide la probabilidad de que los recién nacidos vivos, que reúnan determinadas características, fallezcan durante sus primeros años de vida.
En ese sentido, la subdirectora de Vigilancia de Salud Pública, Luz Adriana Zuluaga, le explicó a EL NUEVO SIGLO que en el indicador que busca reducir a 14 muertes por cada mil nacidos vivos menores de un año se cumplió a cabalidad y sigue disminuyendo.
“Cerramos con una tasa de 9,6 y es la primera vez que tenemos a un dígito la mortalidad porque usualmente se manejaba en 2011 con 12,1 y la hemos bajado sostenidamente hasta 9,6”, expresó Zuluaga.
La funcionaria distrital indicó además que las principales causas de mortalidad infantil son enfermedades originadas en el período perinatal, seguidas por las malformaciones congénitas y las enfermedades respiratorias.
La meta que se propuso el alcalde Gustavo Petro en su Plan de Desarrollo era reducir a 8 muertes por cada mil nacidos vivos, y para llegar a ella, Zuluaga explica que hace falta disminuir aproximadamente 180 muertes. “Aquí hay que tener en cuenta que es una meta muy ambiciosa, sin embargo, vamos en una tendencia a la disminución”.
Ahora bien, en el indicador que trazó la ONU sobre la reducción a 17 muertes por cada mil nacidos vivos menores de cinco años, Zuluaga expresó que en 2014 esta cifra llegó a 18,9 y a pesar de que decreció, todavía no se cumple la meta contemplada en los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
La Subdirectora indicó que dentro del Plan de Desarrollo de esta Administración se fijó que la reducción llegara a 15,7. “Aquí también estamos cercanos a la meta y llevamos una franca tendencia a la disminución”, dijo.
Zuluaga apuntó que con respecto al país, al estándar nacional, la capital está muy cercana de la tendencia, aunque “en Colombia como en Bogotá, todas las gráficas tienen una disminución franca del evento, sin embargo, aún no alcanzamos la meta propuesta por los Objetivos del Milenio”.
Otro componente que hace parte de las metas de este Objetivo para Colombia es el tema de alcanzar y mantener las coberturas de vacunación en 95%, con el Plan Ampliado de Inmunizaciones (PAI) para los menores de 5 años, en todos los municipios y distritos del país.
Sobre este particular, Zuluaga contó que se ha completado esquemas de vacunación de 46.468 niños, garantizando no solo la cobertura sino la protección del menor.
“En el tema de vacunación es muy importante tener en cuenta que nosotros contamos en la cobertura con las terceras dosis porque necesariamente un niño tiene que tener las terceras dosis, porque si solo se queda en la primera y la segunda, no logra la inmunidad en su organismo para responder a la enfermedad”, manifestó.
Y aunque la cobertura no se ha mantenido en el 95%, esta no desciende del 80%, y en virtud de eso, la funcionaria indicó que la idea es continuar reforzando los esquemas, incluyendo vacunas contra la varicela y recuperar terreno del impacto negativo que tuvo toda la discusión del Virus del Papiloma Humano.
Estrategias
Estos indicadores son respaldados por las estrategias que ha implementado la Administración Distrital durante los tres años de Gobierno, y a pesar de que son varios, el despacho destaca uno: ‘Territorios Saludables’.
En diálogo con EL NUEVO SIGLO, el secretario de Salud, Mauricio Bustamante, explicó que este es un “programa de atención primaria, son cerca de 6.000 funcionarios extramurales que cubren cerca de 900 mil familias, cerca de 3 millones de personas de estrato 1 y 2, que permite de alguna manera responder en todos los ciclos de vida, o sea, la niñez, el adolescente, el adulto y con un enfoque diferencial”.
Sobre el enfoque, el Secretario manifestó que este distingue “por ejemplo, población en condición de discapacidad, de vulnerabilidad, habitantes de calle, indígenas, diversos grupos poblacionales que están en mayor posibilidad de segregación”.
Bustamante, de igual forma expresó que estas 6.000 personas trabajan en dos grupos: uno de respuesta inmediata y otro de respuesta complementaria.
“El primero tiene una afectación directa en un microterritorio que contempla 800 familias, es decir, ese grupo tiene a su cargo una visita constante, no solamente en su casa sino en el territorio, incluye la escuela, el trabajo, etc.”, dijo.
Agregó que “estos grupos de respuesta inmediata terminan abordando esta población de 800 familias y les hacen seguimiento continuo al estado de salud e interviene desde la perspectiva de la prevención y promoción”.
Sobre el segundo grupo, el funcionario destacó que “ellos tienen una atención más específica, cuando el grupo de respuesta inmediata ha valorado un miembro de la familia en condición de desnutrición crónica, conecta el accionar del otro grupo con nutricionistas”.
“Por ejemplo, si encuentran un niño desescolarizado de la familia, articulan con el grupo de respuesta complementaria una interacción de carácter intersectorial y conectan todas las acciones para que se superen las circunstancias”.
Prevención y promoción
Para el Secretario de Salud estas estrategias permiten un accionar diferente a “estar de manera pasiva esperando a que las personas que se les afecta su salud vengan”, lo que permite “ser proactivos y tener una acción y penetración directa a los territorios, abordando la población, y que por supuesto, ese accionar incide en su salud”.
En ese orden de ideas, dice Bustamante, “lo interesante es ¿cuál es el impacto que tiene? Hoy hablamos específicamente de mortalidad infantil porque es el tema que les interesa pero podemos registrar la misma circunstancia y los mismos resultados frente a otros indicadores como mortalidad materna, embarazo en adolescentes, desnutrición global crónica, llevamos dos años en Bogotá sin ningún caso de mortalidad por desnutrición crónica”.
‘Creciendo Saludables’
Dentro de los planes que están dirigidos a la atención de la primera infancia, la Subdirectora de Vigilancia de Salud Pública destacó el programa ‘Creciendo Saludables’, el cual identifica las necesidades de la niñez desde el preescolar hasta la adolescencia para desarrollar acciones específicas.
“Se hace valoración por médico, valoración por personal de enfermería, se identifica cualquier situación que requiera intervención para tener una respuesta. En este tipo de programa no se empieza cuando nace el niño, los problemas de la primera infancia se relacionan con la gestación”, comentó Luz Adriana Zuluaga.
Hablando de las madres, dice la funcionaria, en el marco de este programa también abordamos el tema de las mamás, qué les pasa, cómo va el proceso de gestación, de igual forma se canalizan cuando se identifican problemas, todos los procesos de control prenatal porque determinan de manera directa.
“En este plan hemos atendido a 164.143 niños de primera infancia en estos territorios, que es un volumen bastante alto. A estos niños se les ha dado respuesta inicial a necesidades que se identificaron en su momento a 71.967, y de estos se han canalizado al programa de crecimiento y desarrollo, ya llevamos 4.131 canalizados a que los atiendan sus EPS correspondiente o asegurador”, dijo.
Alimentación
Dentro de las estrategias para la reducción de la mortalidad en menores de cinco años, también se incluyeron planes de alimentación de niños y niñas a través de las modalidades de atención en jardines infantiles y en casa de familia.
De acuerdo con la Secretaría de Integración Social, también consultada por este diario, en el marco de la Política de Seguridad Alimentaria y Nutricional realiza acciones en relación con el propósito de política de lograr de manera progresiva, estable y sostenible las condiciones necesarias para la seguridad alimentaria y nutricional de la población del Distrito Capital.
En el eje "Acceso de toda la población a los alimentos y al agua potable en forma autónoma y en igualdad de condiciones y oportunidades" de la Política Pública de Seguridad Alimentaria y Nutricional de Bogotá D.C. se realiza la entrega de apoyos alimentarios a la población vulnerable, por medio de la asignación de cupos y recursos en comedores comunitarios, canastas complementarias de alimentos y bonos canjeables por alimentos.
Logros y desafíos
Si bien es cierto que la capital del país ha avanzado bastante en materia de salud ha presentado en los últimos años una serie de indicadores positivos. Para el secretario de Salud, Mauricio Bustamante, “Bogotá ha transitado un camino muy interesante frente a la salud, ha venido poniendo una especial atención y hay aspectos en los cuales se han obtenido logros y también desafíos, por supuesto”.
“Un primer avance es el fortalecimiento de atención primaria de ‘Territorios Saludables’, ese es un instrumento extraordinario de afectación en un enfoque de salud que tiene que ver con prevención y promoción que ahí es donde vale la pena invertir”, explicó.
“Lo segundo es desarrollo de la red pública hospitalaria, nosotros pasamos del año 2012 de estar en una situación de déficit hospitalaria de cerca de 272 mil millones, terminamos el año 2014 con 3.800 millones de superávit, lo cual es alto. No obstante, hay una deuda pendiente hacia los hospitales, la cartera se acerca a unos 800 millones de pesos y no obstante, que de esos cerca de 200 millones son deuda de difícil recaudo o irrecuperable en virtud de que corresponde a intereses que han sido liquidados”.
Bustamante enfatizó en que “en términos generales los hospitales han venido fortaleciendo su capacidad fiscal. Sin embargo, eso no es suficiente, usted puede tener hospitales con estabilidad financiera y además en salud siempre se van a necesitar recursos, pero los hospitales pueden estar en equilibrio financiero pero pueden ser insolventes socialmente, con lo cual necesitamos que en esta recta final de gobierno, los hospitales sean fortalecidos en su capacidad, calidad y humanización de los servicios”.