Bogotá: marcha del Trabajo deja 90 detenidos | El Nuevo Siglo
Miércoles, 1 de Mayo de 2013

La celebración del Día Internacional del Trabajo, en la que se exigieron mejores condiciones laborales, dejó más de un centenar de personas conducidas por la Policía, tras algunos enfrentamientos que se dieron en diferentes ciudades.

 

En Bogotá, las marchas partieron desde diferentes puntos y a los largo de los trayectos se presentaron refriegas entre algunos vándalos que, encapuchados, lanzaron piedras contra la Policía o contra establecimientos comerciales.

 

Los vándalos prendieron hogueras en la Plaza de Bolívar, rompieron ladrillos para lanzarlos contra la Policía y arrancaron las vallas que dividen al Palacio de Justicia de la carrera Séptima.

Esta situación generó que quienes estaban marchando y protestando de manera pacífica abandonaran en medio de pánico y tensión por los enfrentamientos el epicentro del lugar de la manifestación.

La Secretaría de Salud informó que se reportaron en total doce personas con lesiones menores o problemas de salud. Tres de ellos son policías, ocho pacientes atendidos por bomberos voluntarios y una mujer con una herida menor en tejidos blandos que fue trasladada al hospital El Guavio.

De acuerdo con la Policía, 92 personas fueron conducidas, tras los disturbios.

Unos 10.000 policías y socorristas, al menos siete máquinas de bomberos y media docena de ambulancias fueron dispuestas para atender la jornada en la capital colombiana, donde se realizaron por lo menos siete marchas, la mayoría de las cuales concluyeron en la céntrica Plaza de Bolívar.

 

El común denominador de las congregaciones es el rechazo a los bajos salarios, la petición para que haya contratos de trabajo mejor remunerados, que no se estorbe la libre decisión de asociación y mejoras en educación.

 

La CUT aseguró que el 68 por ciento de la población colombiana económicamente activa está dentro del marco de la informalidad, de un total de ocupados de 23 millones de personas.

De acuerdo con los datos entregados por la CUT, en 2012 la tasa de desempleo en Colombia fue de 10,4 %, mientras que la cifra promedio en América Latina se situó en el 6,5 %.

Cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) señalan que en el mundo hay más de 197 millones de desempleados, que representan el 5,9 % de la fuerza laboral.

 

En desarrollo de las protestas, el común denominador fue el rechazo a los bajos salarios, la petición para que haya contratos de trabajo mejor remunerados, que no se estorbe la libre decisión de asociación y mejoras en educación.

Las marchas se desarrollaron en las ciudades capitales, siendo el común denominador la interrupción de la protesta pacífica por parte de algunos considerados por la Policía “desadaptados”, que quisieron romper ventanales de locales comerciales o lanzar pimpinas de pintura, o enfrentarse con los agentes del orden.

 

En Cali, Medellín, Barranquilla, Bucaramanga, la situación fue similar a la de Bogotá y se presentaron algunas retenciones de personas que quisieron alternar la tranquilidad de las marchas.

Previendo posibles desordenes, la Policía desplegó un importante dispositivo de control y acompañamiento, para cerca de las 58 marchas y 41 concentraciones en todo el territorio nacional, por tal motivo, el dispositivo principal de control estará integrado por cerca de 50 mil uniformados.

En Cúcuta, los integrantes del Cuerpo de Bomberos en Villa del Rosario, Norte de Santander, entraron en cese de actividades por una millonaria deuda que asciende a 180 millones de pesos.

Según el comandante del Cuerpo de bomberos, capitán Luis Galindo, la administración municipal les adeuda este valor por concepto a la sobretasa bomberil. “No tenemos recursos para seguir funcionando y asistir las emergencias que se registren por eso tomamos esa decisión”.

 

Con afiches y las puertas de la sede cerradas los bomberos de este municipio limítrofe marchan en la zona de frontera para exigir garantías en sus labores.

 

También, representantes de la comunidad LGBTI marcharon en Pasto este 1 de Mayo, con el fin de rechazar la discriminación laboral a la que son sometidos.

Cristina González, vocera de este grupo poblacional, aseguró que pese a tener las mismas capacidades y formación que cualquier otro ciudadano, son excluidos de la posibilidad de acceder a un trabajo, por lo que terminan como trabajadores sexuales o ejerciendo labores que no les permiten un buen nivel de vida.