En los Latin America’s 50 Best Restaurants será galardonada Leonor Espinosa como la Mejor Chef Femenina de América Latina 2017.
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La capital gastronómica del subcontinente este martes es Bogotá con la entrega a las 8:30 de la noche de los premios Latin America’s 50 Best Restaurants.
La actividad reúne a chefs, restauradores, sommeliers, medios de comunicación, influenciadores y a la industria gastronómica de toda la región y del mundo cuyos representantes tendrán la oportunidad de deleitarse con las variadas cocinas regionales y ver de primera mano la evolución de este mercado.
Entre los chefs galardonados se destaca Leonor Espinosa que será distinguida como la Mejor Chef Femenina de América Latina 2017.
En un artículo publicado por el rotativo británico The Independent, la periodista y sommelier Sorrel Moseley-Williams ponderó el restaurante de Espinosa, el reconocido Leo, a una cuadra del Museo Nacional, escribiendo que con la cocina de la premiada chef “su paladar se acelerará” con un “increíble menú” que incluye desde nuez selvática cacay y babilla, hasta hormigas culonas o pepino melón arrancado de los bosques andinos.
Para Moseley-Williams, “el segundo país más biodiverso del mundo después de Brasil, la subestimada Colombia, se ganó su asiento en la mesa, y la gente detrás de los premios Latin America’s 50 Best Restaurants está de acuerdo”, por lo que Bogotá fue elegida para albergar la quinta edición.
“Es una señal segura de que los gastrónomos deben tomar nota de este país sudamericano”, anotó la periodista británica residente en Argentina.
Espinosa, quien ganó en julio el prestigioso Basque Culinary World Prize por su trabajo que reanima el conocimiento ancestral de los pueblos indígenas y afrocolombianos, precisó Moseley-Williams, no es el único chef de Bogotá que se concentra en ingredientes criollos. En Criterión, el copresentador del Masterchef Colombia, Jorge Rausch, que se hizo un lugar en Le Manoir aux Quat 'Saisons, de Oxford, y su hermano pastelero Mark aplican las técnicas culinarias francesas a ingredientes colombianos.
La entrada de Bogotá en la escena ha tardado en llegar, le dijo Jorge Rausch a Moseley-Williams. "Hemos estado detrás del resto del mundo debido a la violencia", admitió, agregando que "Colombia ahora necesita demostrar que tenemos algo más que comida deliciosa: las historias extraordinarias de los productores están saliendo a la luz debido al proceso de paz".
Otra parada obligada en Bogotá, reseña Moseley-Williams, es El Chato, donde el chef Álvaro Clavijo se ocupa de comida casera colombiana bien vestida con cordero, quinoa y garbanzos, mientras que la experiencia sensorial de Juan Manuel Barrientos en El Cielo despierta el sabor, el tacto y el olfato.
"El conflicto nos aisló del mundo, y nuestros productos también fueron aislados. Pero estamos redescubriendo nuestra cocina, y Bogotá está en el centro de esto", le comentó a Moseley-Williams la chef Paula Silva, que abrió en 2015 el restaurante Hippie.
Después de su recorrido gastronómico, la periodista británica concluye que “es hora de acercar un asiento a la mesa de comedor de Colombia”.
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