Blanco y negro de la Cumbre de las Américas | El Nuevo Siglo
Domingo, 15 de Abril de 2012

1-   PRIMÓ TRANQUILIDAD: sin duda alguna la organización de la Cumbre fue muy buena. No sólo desde la parte logística sino, primordialmente, en materia de seguridad, que era la principal preocupación. En Cartagena, salvo la explosión aislada de dos petardos, no hubo ningún hecho de violencia o riesgo inminente que pusiera en peligro a las delegaciones presidenciales. En el resto del país tampoco se registraron hechos de alteración de orden público que estuvieran relacionados directamente con la Cumbre, a excepción de algunas protestas estudiantiles y el estallido aislado de petardos en Bogotá.

 

2-   FECHA PARA EL TLC: aunque igual se podría haber acordado en Washington o Bogotá, lo cierto es que del encuentro en Cartagena salió el 15 de mayo como la fecha en que, después de cinco años de firmado por los presidentes Uribe y Bush, por fin entrará en vigencia el Tratado de Libre Comercio (TLC). Ese es un gran avance, así como los otros anuncios que en materia de ayudas antidroga o la ampliación de la vigencia de las visas. Es claro que la alianza bilateral salió fortalecida, aunque en el tema antidroga y de Cuba las diferencias fueron visibles, lo que podría traer consecuencias.

 

3-   NUEVO LATINOAMERICANISMO: difícilmente se puede recordar una cumbre de naciones americanas en donde se hablara tanto y a fondo de asuntos clave de los países al sur de la frontera estadounidense. Cuba, Malvinas, el ALBA, Unasur así como el impacto social de la lucha antidroga… Todos fueron temas en donde la discusión se dio abiertamente, aunque no se alcanzaron acuerdos sustanciales. Eso marca un antecedente insoslayable para futuras cumbres, foros y debates. La agenda quedó planteada y, por estar pendiente en su gran mayoría, ya no se podrá esquivar ni subdimensionar.

 

 

4-   EU, ELECCIONES Y REGIÓN: el que Obama haya decidido dedicar tres días de su apretada agenda al tema continental, es ya de por sí un indicador que no sólo calaron las críticas en torno a que la Casa Blanca había descuidado a Latinoamérica, sino que es peligroso para la política interna, y más aún con elecciones presidenciales a la vista, descuidar la fuerza del voto latino. Y aunque en la actual Cumbre no se habló de temas gruesos como la reforma migratoria en Estados Unidos, es claro que Washington está dimensionando mejor la importancia de la vecindad continental y que más temprano que tarde deberá reflejarlo en materia de medidas políticas reales.

 

5-   NUEVO ROL DE LA OEA:la Cumbre se deriva de la Organización de Estados Americanos, y tal como lo señalaron varios presidentes será a ese organismo al que le corresponda ahora abordar algunos de los temas candentes que evidenciaron una profunda contradicción continental. La OEA necesitaba un urgente reposicionamiento para recuperar algo del terreno perdido frente a otros entes como la Unasur o el propio ALBA, grupo éste último que insiste en criticarla pero mantiene allí sus asientos, con excepción de Cuba, claro está.

 

 

 

LO NEGATIVO

 

1.   DIVISIONISMO MUY MARCADO: se discutió mucho sobre la reinserción cubana al sistema interamericano, cambios de fondo a la política antidroga y una posición unificada del continente frente al pleito de Argentina con Inglaterra por Las Malvinas… Sin embargo, no hubo un acuerdo, aunque fuera pequeño y limitado, alrededor de alguno de los temas. Ni siquiera se llegó a una Declaración cargada de formulismos diplomáticos y gaseosos que no comprometiera las posturas de unos y otros. Primó la contradicción y polarización entre los dos bloques políticos e ideológicos. Lejos de unión primó el divisionismo y el sistema interamericano sigue en el aire.

 

2.   COLOMBIA Y MENSAJE CONFUSO ANTIDROGA: si antes de iniciar la Cumbre ya era difícil de explicar por qué Colombia, el país que más sacrificios pero también éxitos ha tenido en la lucha contra el narcotráfico, era el abanderado de abordar una discusión continental sobre la legalización o despenalización del tráfico de estupefacientes, tras la ocurrido en la Cumbre, en donde se vio que la contradicción continental aún es muy marcada, la situación fue peor. Colombia se quedó con el pecado (el alto costo político y mensaje contradictorio al hablar de legalización) y sin el género (no hubo avance real alguno en el tema). Incluso, EU y México quedaron desconcertados.

 

 

3.   REALIDADES GEOPOLÍTICAS:si bien nadie niega que Colombia ha tenido un protagonismo internacional muy marcado desde que Santos asumió el poder, la Cumbre evidenció que, a la hora de las grandes decisiones, las potencias en lo político, social o económico tienen la palabra. Colombia ha ganado terreno pero todavía está biche para convertirse en un jugador tan determinante como se cree a nivel interno. Más allá de los abrazos, fotos y discursos bienintencionados, es claro  que países como Estados Unidos o Brasil son los que marcan las pautas.

 

4.   ¿QUEDAR BIEN CON TODOS? Los tratadistas suelen decir que en política no se puede quedar bien con todo el mundo. Y eso es precisamente lo que le pasó a Colombia al tratar de darle gusto a todos en la Cumbre y, al final, quedó en posiciones incómodas. Los países del ALBA (con Venezuela, Ecuador, Nicaragua y Bolivia a la cabeza) enfatizaron su oposición a Washington por temas como Cuba y Las Malvinas y frustraron un cierre tranquilo y positivo de la Cumbre; Estados Unidos esperaba en algunos temas a una Bogotá más solidaria y jugada, dado que es su principal socia. Con Argentina hubo roces por la omisión de Santos en el tema Malvinas e igual con Brasil, país con el que incluso se canceló la reunión bilateral.

 

 

5.   OTROS TEMAS GRUESOS SIN TOCAR: en la antesala de la Cumbre se había indicado que los países latinoamericanos aprovecharían su cara a cara con Obama para plantearle temas de fondo como el problema migratorio o la forma en que la crisis de EU estaba afectando a Suramérica y Centroamérica, en donde están ubicadas varias economías de primer nivel (México y Brasil) o emergentes (Colombia, Chile, Argentina). Brasil, por ejemplo, se va con la frustración de la gaseosa discusión sobre política monetaria, asunto prioritario y de primer orden.