Birmania ordenó este jueves la liberación de miles de prisioneros, entre ellos 210 extranjeros, en una amnistía masiva señal de la "buena voluntad de las autoridades".
Bajo orden del presidente Thein Sein, Birmania liberará a un total de 6.966 prisioneros en todo el país por "buena conducta", indica un comunicado del ministerio de Información.
Esta decisión es una señal de "buena voluntad" de las autoridades que "busca mantener relaciones de amistad entre los países", añade el texto.
Entre los prisioneros liberados figuran 155 chinos que habían sido condenados la semana pasada a largas penas por tala ilegal y tráfico de madera en el norte del país, explicó bajo anonimato un responsable del ministerio de Interior.
Estos últimos fueron liberados el jueves de la cárcel de Myitkyina, de acuerdo a un miembro de un grupo de defensa de prisioneros políticos.
Hong Lei, portavoz chino del ministerio de Exteriores, dijo estar "atento a las medidas tomadas por Birmania" y precisó que los madereros serán repatriados a China el viernes.
Estas condenas fueron acogidas con indignación en China y el gobierno pidió a Birmania que fuera "razonable", en un momento de creciente tensión entre ambos países vecinos.
Aparte de estos madereros chinos, las autoridades no especificaron si entre los liberados figuran presos políticos.
Se trata de una nueva amnistía decretada por el gobierno civil, que ya ha liberado a centenares de disidentes.
- Prueba democrática -
Las reformas adoptadas por el gobierno casi civil de Thein Sein, en el poder desde 2011, han sido acogidas positivamente.
La apertura del país se concretó con la amnistía de miles de prisioneros políticos y la entrada en el parlamento del partido de la oposición y de la opositora y premio nobel de la Paz Aung San Suu Kyi.
Esta pequeña revolución permitió el levantamiento de la mayoría de sanciones occidentales contra este país que celebrará en noviembre elecciones legislativas cruciales, una prueba importante para la democracia.
La importancia de estas elecciones es aún mayor si se tiene en cuenta que ahora se acusa al gobierno de dar marcha atrás en sus reformas. Cientos de activistas y manifestantes han sido arrestados en los últimos meses y aún no se garantiza la libertad de prensa en el país.
En este contexto, estas amnistían son a veces vistas más como una estrategia política por parte del régimen.
Los madereros chinos fueron arrestados en enero durante una ola de represión contra la tala ilegal en el estado de Kachin, en el norte del país.
En esta región presa de un conflicto entre el ejército y rebeldes, ambas partes están acusados de explotar ilegalmente los recursos naturales en beneficio de empresas chinas.
Los madereros chinos fueron condenados a penas de hasta 20 años de prisión, de acuerdo a un funcionario de la región.
Durante la dictadura militar birmana, China se mantuvo como un estrecho aliado e importante socio comercial.
A cambio, numerosas empresas chinas se implantaron en Bimania para explotar los grandes recursos mineros, hidráulicos y forestales del país.