La coalición de la izquierda italiana liderada por Pier Luigi Bersani tiene cerca del 33% de los votos, según resultados parciales publicados por el ministerio del Interior tras el recuento de la mitad de los colegios electorales.
Tras el recuento de votos en 30.100 de los 60.431 colegios electorales, la izquierda obtiene el 32,9% de los votos en el Senado por delante de la derecha de Silvio Berlusconi (29,2%).
Por su parte el Movimiento de las Cinco Estrellas liderado por el candidato antisistema Beppe Grillo obtiene 24% de los votos mientras que la coalición de centro de Mario Monti logra un 9,2%.
Si se confirmaran, estos resultados no garantizarían sin embargo la mayoría en el Senado a causa de la ley electoral que bonifica las mayorías de esta cámara en función de los resultados regionales, y no nacionales.
En el congreso, la otra cámara que estaba llamada a renovarse en las elecciones del domingo y el lunes, también ganaría el Partido Democrático, según los primeros resultados.
En caso de una mayoría de signo distinto en cada una de las dos cámaras se abriría un periodo de inestabilidad para nombrar al futuro primer ministro.
No tira la toalla
El magnate de las comunicaciones y ex primer ministro Silvio Berlusconi, de 76 años, cuya muerte política ha sido decretada en numerosas ocasiones pero que según los primeros resultados en las elecciones italianas habría conseguido mayoría en el Senado, se niega a tirar la toalla pese a los escándalos judiciales y sexuales que ha protagonizado en 20 años de vida política.
Una de las figuras más controvertidas y a la vez carismáticas de Italia, al concentrar un enorme poder económico y político, fue tres veces primer ministro y protagonizó inéditos escándalos sexuales, judiciales y clamorosas metidas de pata internacionales.
El primer ministro conservador, quien estuvo en el poder desde 2001 con una interrupción de dos años del 2006 al 2008, irrumpió en la política en 1993 como el rostro nuevo, tras los escándalos de corrupción de "Tangentopoli" o "Manos Limpias", que arrasaron con la clase política de entonces.
El multimillonario italiano, que forjó de la nada su fortuna, una de las mayores de Europa, con un estilo caracterizado por ataques y provocaciones a sus enemigos políticos y un acérrimo anticomunismo, se vio obligado a renunciar al cargo de primer ministro el 12 de noviembre del 2011, desacreditado por la crisis económica que tenía a Italia al borde de tener que pedir un rescate internacional.
La desastrosa gestión de la colosal deuda de Italia afectó negativamente la popularidad de Berlusconi, quien después de una prolongada agonía política regresó al ruedo para protagonizar un sorprendente avance en el último mes, enardeciendo a sus bases y prometiendo la eliminación de impuestos y hasta de devolver lo recaudado el año anterior.
"Es como James Bond, jamás decir jamás", comentó el filósofo Giacomo Marramao.
¿Su arma secreta? Simpatía y cara dura. Un día puede decir lo contrario del otro y sabe mentir sabiendo que miente.
"Esta mañana me miré en el espejo.... y pensé: ya no hacen espejos como los de antes", bromeó ante sus simpatizantes suscitando carcajadas y aplausos.
Nacido el 29 de septiembre de 1936 en una familia acomodada de Milán, Berlusconi mostró su vocación por los negocios desde la adolescencia, cuando estudiaba en el colegio de los Salesianos.
Inteligente, perspicaz, engreído (hay quienes lo acusan de un fuerte complejo de superioridad), Berlusconi no ha tenido reparos en adoptar leyes que favorecían a su propio imperio mediático o para evitar ser procesado por los jueces de su país, a los que despreciaba y tildaba de "rojos comunistas".
Animador de locales nocturnos en el balneario de Rimini durante su juventud, capaz de fascinar a turistas durante los cruceros con canciones, Berlusconi siempre ha contado con la lealtad de un grupo de amigos íntimos, como Fedele Confalonieri, a quien confió las riendas de Mediaset, la poderosa empresa de televisión de su imperio industrial Fininvest que comprende 500 sociedades, entre ellas la casa editorial Mondadori.
Vendedor de aspiradoras a finales de los años 50, Silvio Berlusconi se graduó en 1961 en derecho y se dedicó al sector de la construcción, comenzando así una imparable carrera que ha suscitado interrogantes a los que nunca ha dado respuestas satisfactorias.
Condecorado como "Caballero del Trabajo" a los 41 años, "Il Cavaliere" Berlusconi llegó a ser primer ministro por primera vez en 1994.
"Traicionado" por su aliado de la populista Liga Norte, tuvo que dejar el poder tan sólo siete meses después.
Pese a las críticas y controversias que suscitó su segundo mandato entre 2001 y 2006 y a las divisiones internas dentro de su propia coalición, que casi se desintegra, Berlusconi ha sido por casi dos décadas el 'líder máximo' de la derecha italiana.
Con un golpe estratégico, reunificó sus huestes bajo una sola bandera y un partido único, bautizado el "Pueblo de las Libertades", fruto de la fusión entre la derecha de Alianza Nacional (AN) y su propia formación Forza Italia (FI).
Una jugada sorprendente que le permitió en el 2008 llegar al poder de nuevo para tomar las riendas de Italia.
Ese nuevo mandato estuvo marcado por los excesos y abusos del magnate de las comunicaciones en el ejercicio del poder, los cuales suscitaron ríos de críticas y protestas de medios de comunicación, industriales e incluso de la iglesia italiana.
La ruptura hace dos años con su ex delfín Fini, actual presidente de la Cámara de Diputados, ocurrió en un momento particularmente delicado por las revelaciones picantes sobre sus aficiones sexuales y el desprestigio moral.
Su vida disipada y la atracción por las chicas jóvenes le costó en el 2009 un pedido público de divorcio por parte de su segunda esposa.
Juzgado por los tribunales de Milán (norte) por prostitución de menor y abuso de funciones por el caso de la joven marroquí llamada Ruby, entre las protagonistas de sus célebres fiestas privadas al ritmo del "bunga-bunga", Berlusconi debe responder ante la justicia también por soborno y fraude fiscal.
Siempre bronceado, con varios "liftings" e implantes capilares, Berlusconi estuvo casado dos veces, es padre de cinco hijos y varias veces abuelo.