Al borde de una crisis política impredecible, tras el regreso al ruedo del ex primer ministro Silvio Berlusconi, se encuentra el gobierno italiano liderado por el tecnócrata Mario Monti y después de que el partido del expremier (Polo de la libertad) pidiera acelerar el fin del Ejecutivo y lanzara de nuevo al multimillonario magnate como candidato a las elecciones legislativas del 2013.
El jueves, el partido de Berlusconi había retirado el apoyo al gobierno de Monti al abstenerse en dos ocasiones de votar la confianza, amenazando así su caída.
"Queremos que este legislativo se concluya en forma ordenada", adelantó Alfano.
"Trece meses después de designado Monti, Italia está peor", dijo ante los diputados.
El regreso de Berlusconi, de 76 años, quien había cambiado en numerosas ocasiones de parecer sobre su retiro de la política, suscitando lluvia de reacciones y divisiones dentro y fuera de su partido, abre una fase compleja y difícil para la península.
"Muchísimos me piden que salve a Italia”, aseguró el jueves Il Cavaliere, quien dijo sentirse “asediado” por los pedidos para que se presente de nuevo como candidato a primer ministro.
Para justificar el retiro del apoyo a Monti, tanto Berlusconi como Alfano consideran que la "situación es hoy mucho más grave que hace un año".
"Hay un millón de desempleados más, la deuda aumenta, los impuestos también, el poder adquisitivo se desploma, la compraventa de inmuebles cayó, la presión fiscal está a niveles insoportables”, aseguraron, anticipando los temas centrales de la campaña electoral.
La decisión del PDL obligó al presidente de la República, Giorgio Napolitano, a consultar a todos los partidos así como a los presidentes de la Cámara de Diputados y del Senado, dos pasos que preceden una crisis política, según las reglas de una república parlamentaria.
"La medicina para resolver los males de Italia no es Berlusconi", protestó por su parte Pierluigi Bersani, al recordar que el magnate de las comunicaciones fue "el que nos llevó al desastre".
"Nosotros seremos leales a Monti y fieles a las indicaciones del jefe del Estado. Leales, pero no ingenuos", advirtió Bersani, líder del Partido Democrático y gran vencedor de las elecciones primarias de la izquierda en las que participaron más de tres millones de personas.
"Retirar el apoyo a Monti es un gesto irresponsable", aseguró el líder de la izquierda, quien pidió que se recurriera "a la sabiduría" del presidente de la República, Giorgio Napolitano, quien es el único que tiene el poder de disolver el Parlamento y convocar elecciones.
Para Stefano Folli, editorialista del diario Il Sole 24 Ore, el gobierno de Monti ya estaba por concluirse como estaba previsto y lo que ocurre son clásicas "tensiones preelectorales"./AFP