Si hubiera un premio a la popularidad en el Abierto de Estados Unidos de tenis seguro que Juan Martín del Potro se lo llevaría, y si se diera un reconocimiento a la maestría, el primer nombre en la lista sería el de Roger Federer.
Del Potro y Federer competirán en popularidad y maestría el miércoles en los cuartos de final del último Gran Slam del año, en un partido que ambos han negado sea una revancha de la final de 2009 que el argentino le ganó al suizo.
El encuentro está pactado alrededor de las 21H00 de Nueva York (01H00 GMT del jueves), en la cancha central Arthur Ashe.
Ese ha sido el primer y único título en un Gran Slamn de la 'Torre de Tandil', antes que las lesiones en sus muñecas mermaran una carrera que prometía más de lo que ha dado, y que sólo ha continuado por la tremenda fuerza de voluntad de Del Potro.
"Tres veces en el quirófano por las dos muñecas, tiempo de recuperación, mucho dolor. Dijeron que no podría jugar más y aquí estoy. Eso representa algo", dijo el argentino después de su épica victoria la noche del martes sobre el austriaco Dominic Thiem en cinco sets.
Afiebrado por una gripe de dos días, con un orzuelo en el ojo a causa de la alergia, 'Delpo' fue capaz de quitarse de encima dos puntos de partido en el cuarto set y ganar con parciales de 1-6, 2-6, 6-1, 7-6 (7/1) y 6-4 ante uno de los mejores tenistas de circuito.
Mientras Del Potro consumaba su hazaña en la arena Grandstand, a unos 300 metros de distancia, en la Arthur Ashe, Federer desmantelaba al alemán Philipp Kohlschreiber (6-4, 6-2, 7-5), pero estaba atento a la algarabía en la cancha vecina.
"Podíamos escuchar los gritos de la muchedumbre acá en la Central, esta es la primera vez que oigo eso", expresó Federer.
Empujado por una gran barra argentina, Del Potro ya se sabe capaz de todo en su torneo favorito. En estas mismas canchas de Flushing Meadows firmó una de sus más bellas hazañas, ganando la final de 2009 a un Roger Federer que llevaba cinco títulos seguidos del US Open, e iba por su sexto.
En aquel partido también remontó para ganar su primer título de Gran Slam por 3-6, 7-6 (7/5), 4-6, 7-6 (7/4), 6-2.
Federer encendió señales de alarma entre sus parciales cuando contra el alemán el martes pidió un tiempo médico para recibir masajes en la espalda.
A sus 36 años, el tenis le está pasando la lógica factura del desgaste, aunque Feferer se encarga de desmentirlo cuando, tras una temporada interrumpida en 2016 por las lesiones, ha regresado para ganar cinco títulos en 2017, incluyendo el Abierto de Australia y Wimbledon.
"Será un lindo partido, pero no creo sea revancha de nada porque la final de 2009 fue hace ocho años", insistió Del Potro, como para recordarle a sus fans que ya no es el mismo jugador después de las lesiones y las operaciones de la muñeca que casi acabaron su carrera.
"Tiro más slides hoy, soy más agresivo y estoy tratando de acortar los intercambios", dijo.
El argentino es uno de lo pocos, fuera de Nadal y Djokovic, que ha podido ganar más de un partido a Federer en el circuito.
El enfrentamiento personal está 16-5 a favor del suizo, incluyendo la victoria más reciente en el Masters 1000 de Miami.
La jornada del jueves se completa con otro tope de cuartos de final entre el español y número uno del mundo Rafael Nadal y el ruso Andrey Rublev.
Rublev, de 19 años, se convirtió en el cuartofinalista más joven en Nueva York desde Andy Roddick en 2001.