El Gran Premio de España de Fórmula 1 que se disputará el domingo en el circuito de Montmeló en Barcelona, es recibido con los brazos abiertos por los tres equipos más importantes del campeonato (Red Bull, McLaren y Ferrari), aunque por motivos bien distintos.
En el caso de Ferrari, la escudería italiana ha depositado todas sus esperanzas de la temporada en un posible resurgimiento en este circuito, donde estrenará algunas modificaciones en un F2012 que ha mostrado un rendimiento mediocre en las cuatro primeras carreras del mundial.
Si las mejoras sobre el monoplaza no surten el efecto esperado y las diferencias con los coches más rápidos de la parrilla persisten, la temporada habrá acabado para el equipo del español Fernando Alonso, quien, además, correrá en casa, ante su público, lo que siempre supone una motivación extra.
Por su parte, Red Bull y McLaren esperan que el trazado catalán dictamine sentencia sobre cuál de ellas es la escudería más potente en este tramo del campeonato, pues es un circuito muy completo, con sectores rápidos y otros más lentos y técnicos, algo ideal para medir el rendimiento.
Tradicionalmente se dice que un coche que funciona bien en Barcelona funcionará bien en todos los circuitos del calendario, de modo que Red Bull y McLaren no están dispuestos a ceder terreno.
Red Bull parte con ventaja, después de que uno de sus pilotos el alemán Sebastian Vettel, vigente bicampeón del mundo, se adjudicara la victoria en el último Gran Premio en Bahrein, que le permitió auparse al liderato de la clasificación del mundial.
Se trata de la primera cita del calendario en territorio europeo, después de la tradicional ronda de países asiáticos, en la que han ganado cuatro pilotos diferentes: el británico Jenson Button (McLaren), el español Fernando Alonso (Ferrari), el alemán Nico Rosberg (Mercedes) y el también alemán Sebastian Vettel (Red Bull).