La centenaria plaza de toros Monumental de Barcelona acogerá un cartel de lujo para la última corrida antes de que entre en vigor su prohibición en Cataluña, un día histórico tanto para los defensores como para los detractores de esta controvertida tradición.
El mítico torero español José Tomás, ovacionado por 18.000 aficionados, pisará por última vez las arenas de La Monumental, una plaza a la que tiene especial cariño y en la que decidió celebrar su vuelta a los ruedos en 2007 tras cinco años de ausencia.
Tomás comparte cartel con el joven diestro catalán Serafín Marín y con el matador Juan Mora. Los tres se enfrentarán a seis toros de la ganadería El Pilar de Salamanca.
En julio de 2010, los diputados del Parlamento regional firmaron el fin de esta tradición en Cataluña votando a favor de la prohibición de la corrida a partir del 1 de enero de 2012. La única región en tomar una medida similar en España había sido el archipiélago de Las Canarias, en 1991.
Para los defensores de la tauromaquia, que se aferran a la pequeña esperanza de seguir viviendo su pasión, esta última jornada tendrá un sabor amargo.
"Era la crónica de una muerte anunciada. El domingo va a ser un día muy triste", asegura Rafael Luna, diputado del Partido Popular (PP, conservador) en el Parlamento catalán.
"Me tendré que ir, me están echando", lamenta por su parte Serafín Marín. "Me siento mal, triste. Te han quitado todo tu pasado y parte de tu futuro" denuncia el torero catalán, quien se implicó apasionadamente en la defensa de la corrida en su región natal.
Por su lado, los antitaurinos saborean una pequeña victoria, aunque no un triunfo.
"Se ha ganado una batalla, pero en ningún manera una guerra. Seguimos trabajando por los intereses de los animales en Cataluña, en el resto de España y en muchos países del mundo", explica Helena Escoda, miembro de la plataforma PROU ("Basta" en catalán).
La nueva ley afecta a una Cataluña donde la tradición de la corrida, que se remonta al siglo XVI, pierde cada vez más fuerza, al igual que en el resto de España. Solo un 22,5% de los catalanes encuestados en agosto de 2008 se declaraban "un poco o muy" interesados por los toros.
AFP