En momentos en que se avecinan las siembras de algodón, maíz, arroz y sorgo en la Costa, en el Banco Agrario de Colombia hicimos una reingeniería total al proceso de crédito, al tiempo que consideramos fundamental que nuestros productores agropecuarios entiendan cómo funciona el sistema de financiamiento, eje fundamental de la política agropecuaria del Gobierno Nacional, bajo los lineamientos del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural.
Para empezar está Finagro, un banco de segundo piso, a través del cual están disponibles líneas de crédito para las distintas actividades agropecuarias, en condiciones favorables de intereses, plazos, garantías e incentivos como el ICR, a las cuales pueden acceder a través del Banco Agrario de Colombia o de cualquier otra entidad financiera.
En el Banco Agrario tenemos claro que nuestra misión es apoyar a los productores oportunamente; por eso en esta administración hicimos una reingeniería total al proceso de crédito, que nos ha permitido reducir nuestros tiempos de respuesta de 3 meses a 20 días, llegando incluso a eliminar la planificación de los créditos y la referenciación para los pequeños productores.
Asimismo, la reingeniería nos permite simplificar los formularios para las solicitudes, descentralizar el análisis de crédito y la constitución de las garantías hipotecarias a las regionales, así como crear cupos rotativos con vigencia de un año para los productores de cultivos de ciclo corto, con lo cual se eliminó un trámite en las solicitudes de crédito al año.
Seguiremos efectuando todos los ajustes que sean necesarios para apoyar a los productores, pero no por ser un banco estatal podemos alejarnos de las regulaciones y disposiciones establecidas por la Superintendencia Financiera de Colombia, pues debemos custodiar y administrar recursos del público y realizar gestión en materia de evaluación de riesgos, para ser una entidad solvente y rentable, como lo ha sido desde su creación.
¿A quién prestamos?
El Banco debe ser administrado con toda la rigurosidad posible, lo que implica que sólo podemos prestarle a alguien si: ofrece garantías aceptables o admisibles, demuestra capacidad financiera para cumplir sus compromisos, cuenta con récord crediticio, y el proyecto que presenta es técnica, financiera y ambientalmente viable, pues esas malas prácticas llevaron en el pasado, al fracaso de muchos bancos estatales.
Si bien el Banco Agrario otorga créditos individuales, también financiamos créditos asociativos, ya que estos sirven para manejar economías de escala, tener un mayor poder de negociación con los proveedores y contar con mayores volúmenes de producción para atender de mejor manera las demandas del mercado interno y externo, ahora que nos preparamos para el TLC con Estados Unidos.
Para ello, resulta esencial que los modelos asociativos cuenten con esquemas de Gobierno Corporativo, que garanticen la transparencia en la utilización de los créditos, para que estos no se concentren en sus directivos.
De otro lado, el Banco atiende un importante número de cooperativas y asociaciones, conformadas primordialmente por Pequeños y Medianos Productores, en donde el integrador debe ser una empresa que garantice la administración del proyecto, asistencia técnica, desarrolle el proceso de acompañamiento en la producción y apoye la comercialización del producto final, por lo cual deben ofrecer respaldo financiero, técnico y comercial a sus asociados.
Somos un intermediario entre quien ahorra y quienes recurren al crédito. Es decir que si los deudores no le pagan al Banco, debemos hacer efectivas las garantías y recuperar el dinero prestado, para que no se ponga en riesgo el cumplimiento con los ahorradores.
Algunos resultados
Para citar sólo un ejemplo, el Banco Agrario apoya la financiación de la cosecha algodonera en todo el país. De los 2.5 billones de pesos desembolsados al sector agropecuario en el 2011, 75 mil 179 millones de pesos correspondieron a los eslabones de la cadena algodonera: proveedores de insumos, productores y comercializadores.
Hoy vemos que muchos de los productores de algodón a los cuales les hemos prestado, no han podido ponerse al día con sus obligaciones, y hemos buscado varios mecanismos para apoyarlos, incluidos los apoyos financieros del Gobierno para los afectados por la Ola Invernal (créditos nuevos, normalizaciones y alivios para Pequeños Productores), los cuales a la fecha hemos seguido aplicando por todo el país.
El Banco continuará apoyando las cosechas de la Costa y del resto del país, sin quebrantar las buenas prácticas de administración y rigurosidad crediticia, pues de esta manera le estamos garantizando al país la sostenibilidad de la Entidad, para que a futuro puedan seguir contando con el Banco Agrario de Colombia.