La definición de una de las instancias más importantes del proceso de paz estará a cargo del secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, que a más tardar el 25 de febrero deberá presentar ante el Consejo de Seguridad de la ONU el protocolo que regirá la actuación de la misión política tripartita que, en cabeza del máximo ente multilateral y junto al Gobierno y las Farc, deberá verificar y monitorear el cumplimiento del cese el fuego bilateral y definido, así como del desarme.
Como se sabe, el lunes pasado el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad la resolución para la llamada “Misión Especial de Monitoreo y Verificación del Acuerdo sobre el Cese al Fuego y de Hostilidades Bilateral y Definitivo y la Dejación de las Armas, entre el Gobierno de Colombia y la guerrilla de las Farc”.
Los 15 integrantes del citado Consejo expresaron su determinación mediante la Resolución 2261 del 2016 en la sesión llevada a cabo en Nueva York.
El texto, presentado por los 15 miembros del máximo órgano de decisión de la ONU, establece, entre otros puntos, el envío de una misión política por un periodo de un año para participar en un "mecanismo tripartito" que se ocupará de "vigilar y verificar el cese bilateral y definitivo del fuego y de las hostilidades".
La resolución fue aprobada por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (Reino Unido, Francia, Estados Unidos, China y Rusia) y los diez rotativos, entre ellos Uruguay -que ejerce la presidencia del cuerpo en este momento-, Venezuela y España.
La misión de Naciones Unidas, que estará encabezada por un representante especial del secretario general, tendrá entre sus tareas también supervisar la "entrega de armas".
"La Misión será una misión política, integrada por observadores internacionales desarmados, que se encargará de vigilar y verificar la dejación de las armas y formará parte del mecanismo tripartito", indicó el texto.
La misma resolución le da al despacho de Ban Ki moon un plazo de 30 días para preparar las recomendaciones detalladas "en relación al tamaño y los aspectos operacionales de la Misión", que estará integrada en principio por expertos de los Estados miembro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
Una vez el cese al fuego bilateral sea firmado formalmente, se adoptará una segunda resolución sobre el despliegue de la misión, según fuentes diplomáticas. Es allí en donde la clave de todo el proceso estará en manos del despacho de Ban Ki moon y sus recomendaciones al Consejo de Seguridad.
De este modo, si bien es importante que la considerada instancia más poderosa del planeta, el Consejo de Seguridad, haya tomado esta decisión política de forma unánime, lo clave ahora está en manos del entorno de Ban Ki moon, pues es claro que el protocolo de funcionamiento de la misión es clave para garantizar el éxito de la misma.
Como lo señalara un editorial de este Diario esta semana, dicho protocolo deberá dejar en claro cada facultad que se otorgue a la misión verificadora y despejar muchos interrogantes. ¿Cuál será su nivel de autonomía frente a los criterios del Gobierno y las Farc? ¿Qué instrumentos puntuales y operativos serán establecidos para que la vigilancia del cumplimiento de ambas partes sea efectiva y no meramente protocolaria? ¿Cuál es la instancia de resolución de diferencias y su nivel de obligatoriedad para Estado y subversión? ¿Cómo se garantizará la rápida reacción en el terreno de los integrantes de esa misión política para acceder a los lugares en donde se pudo haber violado la tregua bilateral, antes de que desaparezcan o se contaminen las pruebas? ¿Cómo garantizar que los delegados tengan la suficiente imparcialidad en sus determinaciones si provienen de países latinoamericanos y caribeños altamente polarizados política e ideológicamente? ¿Si aún no se ha establecido cuántas serán las “zonas de concentración” en que se reunirá a los guerrilleros, ni tampoco si estarán armados allí, cómo es posible establecer el marco operativo de esa misión política de verificación?...
Ya antes de la decisión el lunes pasado del Consejo de Seguridad, el Secretario General había mostrado su beneplácito con la solicitud hecha por el Gobierno y las Farc.
“Se trata de otro paso significativo hacia la resolución pacífica del conflicto armado”, señaló el titular de la ONU, que reiteró el apoyo de Naciones Unidas en su búsqueda de la paz.