Es claro que el Gobierno no quiere sentar a este grupo subversivo en la mesa de negociación con las Farc ¿Por qué? Los expertos dicen que se trata de dos realidades distintas. ¿Cuántos hombres-arma tiene hoy el Eln? ¿Cómo está la moral de sus frentes? ¿Qué tanto poder de mando tiene el Coce? ¿Qué implica no haber sufrido golpes en su cúpula pero sí en sus bases? ¿Cuál es su poder de desestabilización y el peligro que representa? Aquí respuestas a esos interrogantes
Debilitado pero no derrotado: Torres del Río
Para el politólogo, catedrático universitario y consultor internacional en seguridad y defensa, César Torres del Río, el Eln está debilitado pero no derrotado, al tiempo que cuenta con una capacidad de desestabilización por su accionar terrorista.
“Debemos decir que el Eln es una guerrilla actuante, activa y sigue enarbolando un programa político de cambio social y de revolución. Es evidente que debido a los últimos cambios que se han presentado en el escenario internacional y en el terreno nacional, es una organización que, en parte debido a los golpes sufridos por las Fuerzas Armadas y, también, por las condiciones internas de la propia organización, quiere sumarse a los diálogos de paz, exigiendo algunas condiciones para poder ingresar a esas conversaciones en La Habana”.
Indicó que no hay certeza sobre cuántos son los hombres-arma que tiene hoy este grupo subversivo. “Los organismos de Inteligencia del Estado tienen unas cifras, la propia guerrilla da otras… Todo indica que en este momento la militancia, al menos la que se conoce y la que enfrenta cotidianamente a las Fuerzas Armadas y al Gobierno nacional, podría tener una cifra de cinco mil hombres. Claro que esa cifra me parecería exagerada, pero con ella me quedaría para no pecar en exceso”, afirmó.
De todas maneras -sostuvo Torres del Río- independientemente de esos números “… el poder desestabilizador de una organización armada no se mide por el número de sus integrantes sino por la capacidad de infligir daños al enemigo, a la estructura económica del país o en la medida en que apunte a ciertos blancos de tipo militar y que pueda ubicarse en el corazón mismo de una sociedad. En ese sentido, el Eln, independiente de lo mencionado y del número de sus integrantes, es evidente que tiene una capacidad desestabilizadora. Mencionemos los casos de la voladura de uno tramos de los oleoductos y la destrucción de una torre de conducción de energía, entre otros blancos… Eso solo vasta para tener en cuenta que puede desestabilizar, al menos parcialmente, parte de la infraestructura económica de la nación. También es un factor desestabilizador la activación de un carro-bomba. Son múltiples los ejemplos que generan desestabilización y eso para el Gobierno, la economía, los empresarios y demás es algo que cuenta a la hora de definir los caminos que pueden posibilitar alcanzar la paz y, por supuesto, el progreso y desarrollo del país”.
Indicó el experto que el Eln, a diferencia de las Farc, se encuentra en un proceso interno que obliga a los militantes a ubicar el proceso de diálogo como una alternativa frente al camino de la guerra”.
Contrario a las Farc, la cúpula del Eln no ha sufrido ataques directos, pero “esta situación puede tener varias interpretaciones. Una de ellas puede ser que cuenta con mayores recursos en materia de seguridad; otra podría ser que los cabecillas tienen poca actividad político-militar en los últimos tiempos y por esa razón los golpes que el grupo ha sufrido se registran en las bases mas no en su dirección”.
Torres del Río indicó que pese a ello el “Comando Central” (Coce) conserva mando sobre las distintas estructuras de esa guerrilla, aunque hay algunos problemas. “Sabemos que tienen diferencias serias en esas estructuras pero aceptan la autoridad del Coce y eso es importante en cuanto a lo que tiene que ver no solo con su accionar cotidiano, sino ahora que se han iniciado estos diálogos de paz”, recalcó.
Agregó que más allá de si está decaído o minoritario, de si adelanta un proceso de discusión interno o no tiene el protagonismo de las Farc, el Eln continúa siendo una organización político-militar insurgente en contra del Estado y por esta razón es necesario que el Gobierno lo tenga en cuenta y haga lo posible para integrarlo al proceso de paz.
“En estos diálogos sabemos también que habrá, al igual que en los frentes de las Farc, algunas estructuras del Eln que preferirán no insertarse en este proceso y muy seguramente continuarán por el camino de las armas. Pero es algo inevitable cuando se presentan estas coyunturas en las que la vía tradicional que han seguido dichas guerrillas, es decir la de las armas, tiene un momento en el que hay la posibilidad de cambiar para continuar la lucha política, pero no a través de la guerra, sino de un partido político”, sostuvo Torres del Río.
Indicó que por eso mismo el país no debe alarmarse ante el hecho de que algunos frentes no le jalen el proceso. “No deberemos tampoco asombrarnos si algunas estructuras no se suman a este proceso de diálogo porque, repito, es algo que históricamente hace parte de las experiencias con este tipo de organizaciones armadas”.
Interrogado en torno a si el Eln tiene voluntad de paz, Torres del Río respondió que creía que sí aunque “tiene una mirada diferente a las Farc. Las condiciones que puede exigir o el escenario que puede preferir en relación a lo que puede ser el inicio de un diálogo pueden obstaculizar en estos momentos su ingreso a la mesa de negociación…”.
Todavía hace mucho daño: Espinosa
La politóloga y analista internacional Yolima Espinosa expresó que el Eln a pesar de sufrir importantes golpes en sus estructuras, todavía hace mucho daño.
“Pienso que ha sido golpeado en sus estructuras pero todavía hace mucho daño, especialmente en el tema de las petroleras. Sabemos que básicamente son ellos los que han atacado esta infraestructura. Me parece que si el Gobierno hace el esfuerzo de sentarse a dialogar con las Farc, es importante que también se mire la posibilidad de hacer con el Eln”, dijo la experta.
Coincide con otros analistas en torno a que esta guerrilla sufre golpes en sus bases y mandos medios pero no en su cúpula. “Es cierto y eso lo ve claramente el país. Por esta razón necesitamos que con el Eln se inicie un proceso de diálogo. Además los mandos de ese grupo armado han expresado que quieren dialogar y lo han dicho por varias vías. Francisco Galán también lo dijo en estos días”, agregó.
También considera que el llamado “Comando Central” (Coce) mantiene su mando y control sobre los frentes de guerra urbanos y rurales. “… Los cinco mandos de esa guerrilla mantienen el mando y control físico de todos los hombres y mujeres de ese grupo armado. Ellos tienen un mando monolítico, a diferencia de las Farc que sí tienen una división interna y fue muy claro en Oslo, pues allí estaba solamente una parte de ellos y los otros, los del Bloque Sur, es decir de Nariño, Cauca y Putumayo y de otras regiones como Arauca, no aparecieron. Veo que con las Farc la paz está difícil en ese sentido, pero con el Eln es necesario aprovechar que sus dirigentes son monolíticos en su comando”.
En cuanto a si debe sentarse en la misma mesa con las Farc, Espinosa indica que “no sabe cómo sería el procedimiento... Necesitamos que este proceso de paz continúe y si es con las guerrillas de Farc y Eln sería mejor todavía para que el país marche por los senderos del progreso y desarrollo”.
Muchos analistas de estrategia militar consideran que los grupos subversivos han optado por “compartimentar” la información, es decir que cada frente o bloque sepa sólo lo requerido para operar, de forma tal que si caen o son capturados sus integrantes éstos no delaten ni permitan a la Fuerza Pública encontrar datos que lleven a sufrir golpes más graves.
Para Espinosa es claro que Eln sí está mutando para reaccionar al accionar militar y policial. “Pienso que sí. Esa es la estrategia que los mandos del grupo armado emplean para sobrevivir y mutar. Ellos son conscientes de que como son minoritarios en relación con las Farc, entonces se han organizado de tal manera que trabajan unidos y fuera de eso están en una parte determinada del país, con una estrategia determinada que va básicamente hacia la infraestructura petrolera…”.
En cuanto a la moral del pie de fuerza de esta guerrilla, la experta considera que está “en alto porque han podido perdurar en el tiempo y resuelto guerras que tuvieron con las Farc y con las autodefensas ilegales, además de soportar las operaciones militares y las investigaciones de la Policía y de la Fiscalía, entre otros factores… Entonces es una realidad que están ahí y ahora conservan una independencia y son actores que hay que tener en cuenta en un proceso de paz”.
Puntualizó que el Eln “está viendo que es necesario cambiar, que ya el discurso del siglo XX y todo lo que pasó anteriormente está mandado a recoger. Están viendo también que en casi todos los países latinoamericanos, al menos los vecinos nuestros, la propuesta de la izquierda llega al poder por la vía de las elecciones. Así sean dictaduras disfrazadas, pero llegan por el voto popular. Además el ejemplo en Venezuela con el presidente Hugo Chávez les está indicando que en Colombia también puede darse en un momento dado ese fenómeno, a pesar que en el país la guerrilla tiene solo el dos por ciento de popularidad. Entonces no sé como sería esa parte, porque la guerrilla tendría que hacer un esfuerzo enorme para ganarse a la población”.
Está muy disminuido militarmente: Marulanda
Para el coronel en retiro del Ejército y consultor internacional en temas de seguridad, defensa y antiterrorismo, Jhon Marulanda, el Eln está en precarias condiciones y sus dirigentes casi todos ocultos en Venezuela.
“El caso del Eln es muy simpático. Militarmente está muy disminuido. El Comando Central (Coce) está integrado por una cantidad de señores sesentones. Además, ese grupo ha sido más de naturaleza urbana que rural, y más intelectual que las Farc… Las actividades que viene ejecutando son netamente acciones terroristas, como la que acaban de hacer al asesinar a un ingeniero en el Arauca”, precisa el experto.
Sostuvo que si bien el Coce mantiene el mando y control sobre las demás estructuras del Eln, “lo que pasa es que sus integrantes están muy reducidos y básicamente involucrados en las actividades del narcotráfico y minería ilegal en Arauca, el Catatumbo y el nordeste Antioqueño. También adelanta secuestros, extorsiones y homicidios en Tame, Fortul, Saravena, Arauquita y parte de Caño Limón… En materia de minería ilegal se reparten esa marrana con las Farc”.
De acuerdo con Marulanda, “mientras las Farc cuentan con ocho mil o casi nueve mil hombres en armas, el Eln no pasa de dos mil activistas. Es fuerte en Arauca, donde incrementó su presencia armada luego que una petrolera les dio todo el dinero”.
Según Marulanda, esa guerrilla está viendo, con el apoyo de su “quinta columna”, el ex comandante Francisco Galán - hoy libre tras pagar una larga condena, cómo ingresan al proceso de diálogo que adelanta el Gobierno con las Farc, “pero en sus propios términos, que son un poco diferentes a las Farc”.
El analista considera que por eso el Gobierno ha sido reticente en abrir una puerta con el Eln, aunque les ha dicho verbalmente bienvenidos. “Pero en realidad la Inteligencia le ha mostrado al Gobierno que el Eln no hace mayor peso dentro de un proceso de paz con las Farc”.
Explica que el Eln siempre ha tenido grandes diferencias con las Farc y “por esta razón perdió a muchos de sus hombres, ya que fueron asesinados por el frente 10 (de las Farc) que delinque en la región que ellos llaman el ABC, es decir, Arauca, Boyacá y Casanare”, indicó.
Tras reiterar que no se ve claramente cómo podría funcionar este proceso de paz con este grupo insurgente, Marulanda sostiene que el Coce está esperando a que se desarrolle un poco más la negociación con las Farc así como a que el Gobierno clarifique más las ventajas y las gabelas que dará a esta última facción.