España ahora deberá negociar con la zona euro los términos del préstamo a su banca, es decir "los plazos de vencimiento, de devolución y los tipos de interés a pagar", dijo el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, en Luxemburgo.
"La recapitalizacion de hoy es un trámite formal. Lo importante ahora es la negociación de los términos del contrato; es decir, los plazos de devolución y los tipo de interés", aseguró el canciller a su llegada a Luxemburgo para una reunión con sus socios de la UE.
"Si se consigue un plazo de devolución largo y un tipo de interés bajo la operación será mucho más favorable", indicó.
"Como cualquier familia que pide un préstamo a un banco", dijo.
España formalizó su pedido de ayuda a la zona euro para su sector bancario, en una carta publicada este lunes, una semana después de recibir un informe de dos auditorías en el que describen que el sector bancario, asfixiado tras el estallido de la burbuja inmobiliaria de 2008, necesitará hasta 62.000 millones de euros para sanearse.
Ni el importe de la ayuda pedida, ni las modalidades del préstamo están definidos aún. El objetivo es afinar las condiciones de este crédito antes del 9 de julio, fecha de la próxima reunión del Eurogrupo.
El ministro de economía Luis de Guindos anunció la semana pasada que -basándose en acuerdos anteriores con países de la zona euro- podría tratarse de un préstamo a unos 15 años, "con tipos de interés entre 3% y 4%".
Según el ministro de Exteriores español, "sigue abierta" la opción de inyectar directamente capital en la banca española, sin pasar por el Estado, tal como pidió el FMI.
"Esa cuestión se trató en Roma entre los cuatro líderes europeos (de Alemania, Francia, Italia y España) y no se ha llegado todavía a una solución", señaló.
De momento, el rescate a España se canalizará a través del Fondo para la reestructuración del sector bancario (FROB), por lo que será computado como deuda pública.
El crédito a España se hará en primer lugar desde el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) y luego pasará a su sucesor, el Mecanismo de Estabilidad Europea (MEDE), que entrará en vigor en julio.