Por Catherine Nieto Morantes
Periodista EL NUEVO SIGLO
CRÓNICA. Minutos a $100, hoy no fío - mañana sí, salida por atrás, servicio de baño a $500,montallantas,sí hay tamales o enseño a bailar, son pocos de la multitud de avisos que comúnmente encontramos en negocios y calles de los barrios de Bogotá, muchos de ellos fijados de manera artesanal, otorgándole identidad popular y urbana a la ciudad.
Pero estos avisos cotidianos a los que les restamos importancia, a pesar que muchas veces nos salvan la patria, fueron destacados por Ángela Milena Maldonado, una estudiante de último semestre de Licenciatura en Filología e Idiomas de la Universidad Nacional como la mejor opción para que los extranjeros aprendieran el español.
Maldonado conversó con EL NUEVO SIGLO acerca del verdadero provecho que estos avisos le dan a los foráneos, como la mejor manera de que aprendan sobre el español: “Es un proyecto intercultural y tenía que buscar un elemento que estuviera muy presente en Bogotá porque siempre se pensó que el público al que nos dirigíamos eran extranjeros que vivieran en Bogotá y que estuvieran aprendiendo español acá, entonces tenía que ser un elemento que fuera muy representativo de la ciudad y que fuera útil para sus necesidades diarias”, afirmó.
La joven de 21 años se dio a la tarea de indagar con algunos extranjeros sobre estas señales tan propias de Bogotá, “muchos me decían que ese tipo de publicidad así como artesanal y manual ya había desaparecido de sus lugares de origen como Europa, Asia o EU, y me pareció que era muy útil porque se podía también trabajar un tema muy importante que es comprar un producto en un comercio que es algo fundamental en un país donde no se habla la lengua nativa y porque hace parte de la gráfica popular que siempre me ha parecido muy bonito”, destacó.
Para su investigación, la estudiante recorrió algunas localidades de Bogotá, como Suba y Teusaquillo, retratando dicha señalización. “En Suba vivo y en Teusaquillo estudio, me faltó visitar más localidades pero el tiempo era limitado”.
Después seleccionó los mensajes más frecuentes, que no son elaborados con herramientas digitales y no pertenecen a corporaciones ni multinacionales. Entre estos, reunió aquellos relacionados a letreros de ventas de alimentos y los de prestación de servicios, como arreglos de todo tipo.
Luego de la observación, las fotografías recolectadas fueron presentadas a algunos de los estudiantes del diplomado en Español como Lengua Extranjera (ELE), y a partir de sus opiniones seleccionó los contenidos presentes en el documento, útil para enseñar las competencias comunicativas.
Según los estudiantes, los avisos demandan atención por sus dibujos vívidos e ilustraciones y una de las principales ventajas es que están presentes en todos los sectores de la ciudad, además de estimular a los transeúntes, lo que garantiza que sean vistos.
“Una característica de los avisos es que tienen espontaneidad, que puedes escribirlo en el momento en que necesitas anunciar un producto, llega el producto, lo escribes y lo pones en la pared y ya, hay unos elaborados con producción artística y su función es destacarse por ejemplo de los avisos digitales. Entre más artísticos sean, más llaman la atención y por eso los comerciantes se esfuerzan en hacer sus avisos diferentes y llamativos. En mi barrio hay un señor que pinta postes, el señor pinta pero lo adapta al negocio, entonces es más que todo un artista que lo contratan y hace los letreros para ellos”, afirmó.
Además, los habitantes de la ciudad dan por sentado que las señales y letreros están allí; asimismo tienen que ver con la cultura y las formas de expresión vigentes, pese a las nuevas herramientas tecnológicas.
¡Buenas!, ¿tiene minutos?
La unidad didáctica, llamada “¡Buenas!, ¿tiene minutos? compro bueno, bonito y barato en los negocios de Bogotá”, está dividida en una serie de tareas. El objetivo final es que el estudiante no nativo se dirija a un comercio de la ciudad, pueda comprar e interactúe con el vendedor de una forma efectiva.
La herramienta, diseñada para enseñar el nivel A1, contiene una cápsula cultural donde son explicadas frases como “se vende”, “se hace”, “sí hay” y el significado las siguientes expresiones: “las vueltas” o “el sencillo”.
“Aprender lo que significa cada letrero es un reto para los estudiantes y genera motivación hacia la clase. Esto es algo que está muy presente en la realidad bogotana y no se enseña en ningún libro”, concluye la estudiante.
Las señales no son traducidas, por el contrario, son usadas como material auténtico que se les presenta a los extranjeros y los motiva a aprender, puesto que están hechos para los hablantes nativos de la lengua.
“El de minutos es el de los más comunes. Realmente la venta de minutos es algo muy extraño porque eso no existe en Europa ni en EU porque se abonan a las empresas de celulares, pero aquí es como una necesidad fundamental, están en cada esquina y la gente los utiliza muchísimo”, asegura Ángela.
Transporte urbano también educa
Acerca de los avisos que también se ubican en el transporte urbano, tales como “salida por atrás”, o “si sigue timbrando, lo sigo llevando”, Maldonado destaca que es una norma de aprendizaje del español porque está dando una instrucción y a la vez enseñando a ubicarse en el espacio.
“Claramente hay muchos mensajes que incluyen el humor y también me parece que son muy interesantes y creativos porque más que la producción también lo importante de los avisos son las representaciones sociales que están detrás del aviso, por eso me parece interesante los avisos de los buses y eso es lo que quiero mostrarle a la gente”, aseguró.
Ángela se graduará en agosto próximo y un mes después partirá a Francia, gracias a una beca que se ganó con el Icetex y el gobierno de ese país para ir a enseñar español en un colegio francés como asistente de lengua, sin dejar de lado el objetivo de seguir enalteciendo el español nacional. “Quiero que Colombia se vuelva un destino para el aprendizaje de español, que los extranjeros vengan, aprendan español aquí y les guste nuestro país”.
“Colombia tiene muchas riquezas que no estamos explotando en el aula de lenguas extranjeras y quiero aportar a la creación de material didáctico de nuestro país, es una necesidad muy importante”, concluyó. /Con UNAL