A propósito del Día Internacional de los Derechos de los Pueblos Indígenas, la Unidad para las Víctimas destacó que adelanta labores encaminadas a reparar integralmente a esta población.

Según Julia Madariaga, directora de Asuntos Étnicos de la Unidad para las Víctimas, “el balance es excelente a pesar de todos los retos que implica reparar en medio del conflicto armado a comunidades que han sufrido exclusión y marginalidad durante tantos años. De esta forma, hemos logrado llegar a pueblos como el Kankuamo,  Chimila o Etenaca, a parte importante del pueblo Embera y de los Nasa y del Wayúu, para adelantar procesos de reparación colectiva en distintas partes del país”.

En Colombia el conflicto armado ha afectado de manera desproporcionada a esta población, en cuya reparación integral está trabajando la Unidad para las Víctimas.

Precisamente, la Corte Constitucional reconoció que el impacto del conflicto armado interno en los grupos étnicos es desproporcionado, especialmente en el caso de los pueblos indígenas. En el Auto 004 y los Autos subsiguientes, la Corte ha señalado cómo el daño se ha profundizado en estos pueblos en tanto se pierde la conexión de la comunidad con el territorio y esta es una afectación de orden “espiritual, territorial y cultural”.

Si bien en el plano individual, para el 1º de julio de 2015, se habían incluido 150.517 personas que se autorreconocen como indígenas en el Registro Único de Víctimas, la Unidad recordó que los pueblos y comunidades indígenas tienen unas dinámicas colectivas reconocidas, sobre todo en cuanto a derechos fundamentales, particularmente el relacionado con la consulta previa, que es un derecho que se satisface en la ruta de reparación colectiva.

“Esto es muy importante, porque en el momento de la declaración ante el Ministerio Público se define si quienes van a integrar el sujeto de reparación colectiva son varias comunidades, una sola comunidad o el pueblo en su conjunto”, precisa Madariaga.