Diferencias de avalúos de un mismo predio que superan el 2.000 por ciento, entre un año y otro, debidas a la ausencia de criterios unificados durante el proceso de actualización catastral, encontró la Personería de Bogotá luego de una revisión a 19 inmuebles con mejoras.
Esas inconsistencias llevaron al Ministerio Público distrital a calificar el proceso de actualización catastral como una “montaña rusa”.
“Los predios seleccionados fueron actualizados mínimo tres veces en los últimos cinco años, pero las inconsistencias son de tal magnitud que un bien avaluado en el año 2010 en 6.066 millones de pesos, en 2011 bajó a 392 millones y en 2012 subió a 9.907 millones”, señaló el personero de Bogotá, Ricardo Cañón.
“Esos vaivenes generan incertidumbre e inseguridad en los contribuyentes, así como afectan el patrimonio del ciudadano o del recaudo de impuesto de la Capital”, agregó Cañón.
En el informe se ve cómo otro predio con un avalúo catastral en 2010 de 158 millones de pesos, se redujo en 2011 a 15 millones y aumentó en 2012 a 443 millones de pesos. Uno más, con un valor de 17.443 millones en 2009, cambió a 65.092 millones en 2010, varió a 29.587 millones en 2011 y aumentó en forma leve a 30.767 millones de pesos en 2012.
De acuerdo con el informe, esos exagerados cambios en los valores catastrales desdicen de la calidad y metodología utilizada para las actualizaciones realizadas por el Departamento Administrativo de Catastro Distrital.
Además, esos vaivenes, generan incertidumbre e inseguridad en los contribuyentes, así como afectan el patrimonio del ciudadano o del recaudo de impuesto de la Capital.
La Personería descubrió que a algunos predios considerados como matrices (grandes extensiones), se les asoció el valor del metro cuadrado de un terreno de 72 metros, lo que generó inconsistencias.
En otros inmuebles se aplicó el cálculo de suelo protegido sin urbanismo y para el siguiente año se incluyó el mismo. En terrenos con mejoras en predio ajeno debían aplicar valores según el uso, pero el avalúo no refleja esa realidad económica.
Otro predio tiene una gran diferencia de área en el registro catastral, frente al área calculado en la cartografía. Ese inmueble tiene una parte de suelo protegido y otra de desarrollable. No obstante, para un año se le trató en su totalidad como suelo protegido y el siguiente como si fuera todo urbanizable.
Un predio se actualizó sin tener en cuenta que tenía áreas con diferentes usos. Por ejemplo, no se consideró que el 30% del terreno corresponde a espacio público.
Una inconsistencia más tiene que ver con un predio que durante un año fue considerado como suelo protegido y, al siguiente, se le asignó un valor del mercado inmobiliario de los inmuebles vecinos.
En total, de los 19 inmuebles estudiados, el 52,7 por ciento son de propiedad de personas naturales; de personas jurídicas, 15,7 por ciento; del Estado, 15,7 por ciento, y otros del 5,2 por ciento. Según el uso, el 36,8 por ciento es residencial, el 26,3 por ciento institucional, el 21,1 por ciento predios con mejora, el 10,5 por ciento suelo protegido no urbanizable y el 5,3 por ciento comercial.
A parte de la incertidumbre que obliga al contribuyente a responder por un monto que no se ajusta a la realidad de su predio, el ciudadano es acusado de evasor de impuestos. Además, se ve sometido a multas y engorrosos trámites para la corrección del error al que ha sido inducido por una actualización deficiente.
En otros, el Distrito deja de percibir el valor justo del impuesto por la falta de criterios unificados para la actualización catastral.
Ante los problemas detectados, la Personería inició una indagación preliminar contra los funcionarios responsables de las inconsistencias y solicitó a la Administración distrital medidas inmediatas para corregir esta situación.