La policía francesa se desplegó en el centro de París en busca de un hombre armado que huyó tras herir gravemente a un fotógrafo en el diario Libération, una agresión que desencadenó un operativo de protección de los grandes medios de la capital.
El presidente François Hollande, de visita en Israel, pidió al ministro del Interior que "movilice todos los medios" necesarios para detener "a aquel que intentó matar y que aún puede matar".
Se sospecha que este hombre es también el autor de un tiroteo frente a un banco en La Défense, el barrio de negocios en la periferia de París, y de una breve toma de rehén de un automovilista.
"Privilegiamos la pista de un solo autor", declaró el fiscal de París durante una conferencia de prensa a últimas horas de la tarde. Se emitió un llamado a testigos y se difundió la fotografía del sospechoso, tomada por una cámara de seguridad en Libération.
"El individuo representa un verdadero peligro", declaró el ministro del Interior Manuel Valls ante la sede del diario.
Un helicóptero sobrevoló durante el día la famosa avenida de los Campos Elíseos, mientras que los medios de comunicación fortalecieron sus medidas de seguridad y la entrada a sus locales. Asimismo, efectivos de la policía fueron desplegados frente a las sedes de los grandes medios de información de la capital.
El hombre, armado con una escopeta, entró el lunes por la mañana en el vestíbulo de la sede del matutino y abrió fuego, hiriendo a un joven fotógrafo en el tórax y el abdomen. La víctima fue trasportada al hospital y su estado es grave.
"Llegué y vi a un hombre en el suelo con sangre por todos lados y que se sujetaba el vientre. Me crucé con mis dos colegas de la recepción, que estaban lívidos y que me dijeron: 'acaban de dispararnos, nos escondimos detrás del mostrador de la recepción'", contó a la AFP Anastasia Vécrin, una colaboradora de Libération.
El sospechoso fue identificado en las grabaciones de las cámaras de seguridad como el autor de una agresión cometida el viernes en la sede del canal informativo BFMTV, donde profirió amenazas.
"Escena de guerra"
Una hora después del ataque en las oficinas del rotativo francés, un hombre disparó tres veces ante la sede de un banco en en el barrio de la La Défese sin dejar heridos. "Hay similitudes en las vestimentas, de corpulencia y apariencia", afirmó una fuente cercana al caso.
Poco después, un automovilista afirmó haber sido secuestrado cerca de La Défense por un hombre armado que lo obligó a llevarlo en su automóvil hasta la avenida Georges V, cerca de los Campos Elíseos.
El ministro del Interior evocó al visitar el vestíbulo del diario después del tiroteo una "escena de guerra" de "gran violencia".
"Se están tomando todas las medidas para encontrar a quien ha cometido este acto y para proteger a todos los órganos de prensa de la capital", declaró la ministra francesa de Cultura, Aurélie Filippetti, en los locales del periódico.
"Esta es la primera vez que un órgano de prensa es atacado de tal manera", subrayó.
El lunes, los diarios le Parisien, le Monde, les Echos, le Figaro y la radio Europe 1 indicaron a la AFP que reforzaron sus medidas de seguridad y de acceso a sus locales. Efectivos de la policía eran visibles delante de ciertos medios, como Les Echos, Europe 1 o la AFP.
"Somos los testigos horrorizados de un drama. Cuando se entra con una escopeta en un periódico, es algo muy grave en una democracia, sea cual sea el estado mental de la persona", declaró a la AFP el director de publicación del diario Libération, Nicolas Demorand.
"Si los diarios y los medios de información tienen que convertirse en bunkers, es que algo no anda bien en nuestra sociedad", agregó.
Después de la agresión armada, Libération fue víctima el lunes por la tarde de un ataque informático que impidió la actualización de su portal internet, indicaron directivos del periódico.
Este ataque, llamado de "denegación de servicio", consiste en inundar de pedidos un servidor informático hasta el punto de perturbar o incluso bloquear su funcionamiento.
La agresión en el diario provocó una ola de críticas entre los políticos franceses. Los socialistas en el poder expresaron su "solidaridad total" mientras que la oposición de derecha se dijo "indignada" por lo sucedido.