Con un crecimiento superior al registrado por el Producto Interno Bruto, PIB, durante los últimos años el sector automotor se ha convertido en el mejor reflejo del progreso de los colombianos gracias al aumento de sus ingresos.
Durante los últimos años, los altos niveles de desarrollo económico han conducido a que la clase media colombiana casi se duplicara en el periodo 2002-2013, con la contraparte de una reducción sostenida de la pobreza. Esta evolución favorable permitió que muchos colombianos pudieran incluir dentro de su canasta de consumo bienes con fines distintos a la subsistencia, llevando a que rubros diferentes al de alimentación o vivienda tengan hoy en día un porcentaje nada despreciable en la decisión de gasto de los hogares.
Claro ejemplo de ello ha sido el sustancial incremento en la demanda de vehículos nuevos, la cual fue cubierta por unas ventas que en promedio aumentaron más de 14% cada año.
Durante diciembre pasado las ventas superaron por primera vez en la historia del país las cuarenta mil unidades de vehículos matriculados en un solo mes, dice el informe del Comité Automotor Colombiano.
Este comportamiento del mercado automotor en el país indica que el año 2014 cierra con 326.028 unidades matriculadas, lo que es 10,8% más que las cifras presentadas un año atrás y 5.0% más que en 2012.
Remarca el estudio que esta es la máxima cifra alcanzada en la historia del país al superar el 1.2% las ventas registradas en 2011 y en 11.8% las contabilizadas en 2013.
Papel importante
Sin duda el sector automotor ha jugado un papel vital en la economía colombiana, en la medida que éste ha crecido por encima del PIB. Más aun, este sector está inmerso en una cadena dinámica de producción, lo que permitió que sus altas tasas de crecimiento permearan otras actividades productivas, por medio de los diferentes encadenamientos y los servicios complementarios, tales como los seguros obligatorios, la reparación de automóviles, entre otros.
En particular, el dinamismo del sector registrado entre el 2002 y el 2012 ha estado asociado principalmente al comercio de automotores y autopartes, mientras la industria se ha visto ligeramente rezagada. Lo anterior está asociado a un ingente crecimiento de las importaciones, lo que llevó a revertir la composición de las ventas totales en detrimento de la producción de la industria nacional.
Más ventas
Ahora bien, es improbable que en los próximos años se observe un cambio en la tendencia observada en el parque automotor, aun considerando que los problemas de movilidad se han acrecentado en las principales ciudades del país. Esto es el resultado de por lo menos tres factores, los cuales seguirán jugando un papel importante en la dinámica del sector automotriz. En primer lugar, se espera que la clase media en Colombia siga en aumento, acompañada con un ingente crecimiento en el nivel de PIB per cápita, generando una demanda natural de automóviles.
Este efecto se verá magnificado por cuanto cada vez el tamaño de las familias irá en declive, al tiempo que aumentará el porcentaje de hogares unipersonales. En segundo término, la evolución esperada de la economía colombiana hará necesaria una mayor oferta de vehículos con fines productivos.
Finalmente, el reemplazo de flota será un factor fundamental toda vez que cerca del 55% de los vehículos en Colombia tiene más de diez años. Todo lo anterior conjuga un escenario de gran interés para caracterizar este sector de forma integral y conocer en detalle todas las relaciones con otros sectores productivos, cuantificando el efecto de una mayor demanda de automóviles y autopartes en el agregado económico.
Consumo
Teniendo en cuenta un estudio elaborado en Fedesarrollo por Mauricio Reina, Sandra Oviedo y Jonathan Moreno para Andemos (en adelante Reina et al., 2014), a raíz del dinamismo de la economía colombiana, entre 2002 y 2012 el consumo aparente del sector automotriz se multiplicó por 4, al pasar de 4,08 billones de pesos en 2002 a cerca de 16,25 billones de pesos en 2012. Este hecho va de la mano con el gran crecimiento de las ventas de vehículos nuevos en unidades con un registro anual promedio de 14,6%.
Si bien estos resultados evidencian la evolución favorable de la demanda de automotores, la mayor parte de ésta fue cubierta por un fuerte crecimiento en las importaciones, incentivadas por los acuerdos comerciales que han eliminado barreras comerciales. En efecto, la participación en el valor de las ventas de vehículos nuevos de producción nacional descendió considerablemente en este periodo, al pasar de 64% en 2002 a 32,7% en 2013. Este hecho impone retos sobre la fabricación nacional del sector, particularmente ante la oportunidad de una mayor demanda en los próximos años.
Producción
Al analizar la producción bruta de la industria automotriz entre 2002 y 2012, se encuentra que poco más de tres cuartas partes correspondió a fabricación de vehículos automotores; la fabricación de autopartes y accesorios representó un 13,9% del total; y la fabricación de carrocerías para vehículos, remolques y semirremolques el 9,5% restante.
Por otro lado, del total de producción bruta, el 72% se empleó en adquirir materias primas, por lo que solo el 28% es el equivalente valor agregado, indicador relevante para evaluar el impacto de la actividad en el total de la economía.
El 67% del valor agregado corresponde a fabricación de los vehículos automotores, mientras los otros dos subsectores se reparten el 33% restante.
Para 2012, la producción del sector automotriz y de autopartes representó solo el 3% de la producción industrial del país.
Este porcentaje es aún menor (2,4%) en materia de empleo, en la medida que el sector con mayor peso (producción de vehículos) es más intensivo en capital que la producción de autopartes y carrocerías y que el promedio de la industria manufacturera.
Por esa misma razón los trabajadores en la fabricación de vehículos tienen una productividad mayor a la registrada en sus pares de los otros dos subsectores. De hecho, el salario y los costos laborales promedio de la fabricación de vehículos automotores y motores son cerca del doble que en el total de la industria nacional, mientras que en el caso de la fabricación de carrocerías y fabricación de autopartes, el salario y los costos laborales promedio se encuentran por debajo de los valores para el total de la industria.
En materia de exportaciones, cabe destacar que la industria automotriz sufrió un revés con la crisis diplomática con Venezuela, que en 2007 era el principal destino comercial del sector, con ventas a ese país de 945 millones de dólares, que representaban un 73% de las exportaciones totales del sector. En efecto, en 2009 las exportaciones se ubicaron por debajo de los 90 millones de dólares, apenas un 8,5% del valor registrado en 2007.
Frente a este hecho, el sector diversificó los destinos de exportación, de tal forma que para 2013 el principal destino fue México, con un 31% de las exportaciones. Por otra parte, en 2013 las importaciones totales del sector se ubicaron en 5.064 millones de dólares y específicamente las importaciones
de vehículos automotores y sus motores en 4.243 millones de dólares. Estas últimas suplieron cerca del 65% de la demanda interna en ese año.
Comercio
La principal medida del dinamismo del sector automotriz reside en la comercialización de automotores y autopartes, la cual tiene impactos positivos tanto en la generación de valor agregado como en la creación de empleo. Asimismo, esta actividad se encuentra asociada con diversos sectores productivos por medio de encadenamientos.
De acuerdo con el estudio de Reina et al (2014), entre 2003 y 2012 las ventas totales del comercio de vehículos y autopartes se incrementaron sustancialmente, al exhibir un crecimiento de 14% promedio anual en esta década, ubicándose en 25,2 billones de pesos en 2012. Por otro lado, tanto la producción bruta como el valor agregado mostraron altos crecimientos anuales promedio en este periodo de (15,8% y 16,3% respectivamente).
Del valor agregado generado en 2012, cerca del 70% correspondió al comercio de vehículos y autopartes.
Por otra parte, y de acuerdo con la Encuesta Anual de Comercio (EAC), el personal ocupado en el comercio de vehículos y autopartes fue de 59.763 ocupados en 2012. De estos, el 47% estaba en el comercio de vehículos automotores, generando cerca del 70% del valor agregado. Por tanto, al igual que en lo sucedido en la fabricación, estos trabajadores deben percibir mayores salarios que sus pares en la comercialización de autopartes.
En efecto, en 2012 el comercio de vehículos automotores presenta una remuneración laboral en términos de salario promedio, de 53,9% más alto que el observado en el comercio de autopartes y accesorios para automotores, y un 50,5% más alto que el promedio salarial del total de las actividades comerciales.
Servicios complementarios
En adición a la industria y al comercio automotriz y de autopartes, existe una amplia gama de servicios complementarios, cuyos ingresos dependen directamente del tamaño del parque automotor. Entre ellos se destacan los seguros de vehículos, los servicios de reparación, las ventas de gasolina, los peajes y las multas de tránsito.
En este contexto, resalta la importancia del sustancial incremento que ha tenido dicho parque automotor entre 2002 y 2013, pasando de 62 a casi 100 vehículos por cada 1.000 habitantes. No obstante, existe un fuerte rezago respecto al promedio simple de América Latina (que se ubica en 193 vehículos por 1.000 habitantes), rezago que es mucho más marcado al comparar con los países desarrollados.
Por esta razón, es razonable esperar un crecimiento importante en el parque automotor en los próximos años, el cual podría verse estimulado por esfuerzos que se están haciendo en materia de infraestructura de transporte urbana e interurbana.
De esta forma, el análisis de los servicios complementarios toma un papel relevante. En primer lugar, la circulación de vehículos automotores genera un mercado alrededor de los servicios de seguros. En efecto, las primas emitidas por seguros de automóviles se han incrementado notablemente en la década de estudio, al pasar de 945 mil millones de pesos en 2002 a más de 2,2 billones de pesos en 2013.
Más aun, al incluir las primas emitidas por el SOAT y los seguros voluntarios, este mercado ascendió a 3,7 billones de pesos en 2013. En segundo lugar, la venta de gasolina y ACPM está fuertemente relacionada con el parque automotor. De hecho, según el Ministerio de Transporte y la Unidad de Planeación Minero-Energética (UPME), el sector transporte consume cerca del 92% de la gasolina y el 70% del ACPM.
Este mercado resulta ser importante para la economía al ser una fuente nada despreciable de ingresos tributarios. En efecto, el recaudo del Gobierno nacional central derivado de la venta de gasolina y ACPM fue de 3,3 billones de pesos, mientras los territoriales, por cuenta de la sobretasa al consumo de gasolina alcanzaron los 1,5 billones de pesos.
Al ponderar por la participación del sector transporte en la demanda de estos combustibles, se estima que entre 3,4 y 4,4 billones de pesos de los recursos fiscales son generados por el parque automotor.
Por otro lado, es claro que un mayor parque automotor generaría un aumento en los recursos recolectados por los peajes a cargo de Invías y de la ANI. En efecto, mientras en el 2004 los peajes generaron 654 mil millones de pesos,
en 2013 esta cifra fue de 2,39 billones de pesos. Es decir, un aumento anual promedio de 15,6%.
Finalmente se deben contar los ingresos tanto tributarios como no tributarios asociados a la circulación de vehículos, como los impuestos a vehículos automotores y las multas de tránsito y transporte, entre otros. En este sentido, en 2012 el ingreso percibido por el impuesto de vehículos automotores (incluyendo mora) ascendió a 928,5 mil millones de pesos.
Asimismo, el recaudo por multas de tránsito y transporte se ubicó en 240,2 mil millones de pesos en 2012.