EL nuevo gobierno conservador español anunció medidas de rigor "extraordinarias y no previstas" por más de 15.000 millones de euros para 2012, con el objetivo de combatir un déficit "muy superior" a lo previsto, de en torno al 8% del PIB.
Sólo una semana después de ser investido, el ejecutivo de Mariano Rajoy aprobó "un acuerdo de no disponibilidad" del gasto "por valor de 8.900 millones de euros", (unos 11.530 millones de dólares), anunció la número dos del gobierno, Soraya Saénz de Santamaría.
Y, contrariamente a sus promesas electorales, decidió una subida de los impuestos a los más ricos durante dos años, con la que, según el ministro de Hacienda Cristóbal Montoro, espera ingresar 6.275 millones de euros (unos 8.135 millones de dólares) en 2012.
Estas medidas de austeridad, mayores de lo esperado, son consecuencia de "la desviación" del déficit público, que en 2011 será "muy superior" al 6% del PIB prometido por el anterior gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó Saénz de Santamaría, adelantando una cifra en torno al 8%.
"Estamos ante una situación extraordinaria y no prevista" que ocasionará "medidas dextraordinarias y no previstas", lanzó.
Y advirtió que "estas medidas son el inicio del inicio", dando a entender que pueden verse incrementadas cuando el ejecutivo de Rajoy presente, a finales de marzo, su proyecto de presupuestos para 2012.
Las medidas de ahorro, destinadas a calmar las inquietudes de los mercados sobre la salud financiera de España, afectarán en primer lugar a los funcionarios.
Después de que el anterior gobierno socialista redujese un 5% sus salarios en 2010 y los congelase en 2011, el nuevo ejecutivo optó por mantener la congelación para el próximo año.
El gobierno decidió asimismo no reemplazar las plazas vacantes en todas las administraciones públicas -a excepción de servicios básicos como educación, salud y fuerzas de seguridad- y aumentar la jornada laboral de los funcionarios en dos horas y media semanales.
"Los empleados públicos vuelven a ser cabeza de turco para paliar las cuentas deficitarias del Estado", fustigó el sindicato Unión General de Trabajadores (UGT)./AFP