UNA RECIENTEinvestigación que consultó a 500 dueños de uno o más vehículos de tracción animal y un balance del programa de proyección social donde se rehabilitan los caballos que se utilizaban fue presentó la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales (Udca).
El profesor Leonardo Roa, director del Programa de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la (Udca) informó que aún quedan más de 400 carreteros en la ciudad de los cuales el 22% están en la localidad de Suba, 20% en Kennedy, 19% en Engativá y 15% en Bosa. El resto de distribuye en la demás localidades.
Este grupo de carreteros están entregando actualmente los caballos al distrito, con la expectativa de que el Gobierno local les otorgue a cambio un vehículo o un dinero aproximado a 23 de millones de pesos para iniciar una idea de negocio.
En la consulta a 500 dueños, el 63% de los carreteros de Bogotá consideraban que al entregar los caballos al distrito esto no les iba a generar ningún impacto o beneficio sobre su calidad de vida, el 34% pensaba que podía mejorar sus condiciones laborales y solo el 1% que iban a empeorar.
El estudio, que fue hecho por el profesor Leonardo Roa, director del Programa de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la (Udca), revela que la principal actividad que realizan los carreteros en la ciudad es el reciclaje (52%) y las labores de acarreo (48%).
Para el 78% de los encuestados los trabajos que desarrollaban con los caballos era su principal actividad laboral y para el restante 22% era una actividad secundaria que se complementaba a otros trabajos informales que realizaban.
“El 45% de los carreteros llevaba explotando a los equinos como vehículos de tracción animal entre 10 y 20 años, el 22% menos de 10 años y el resto más de 20 años”, afirma Roa.
Con respecto al género de los carreteros, mal llamados zorreros de Bogotá, el 37% eran mujeres cabezas de familia y 63% hombres.
El 50% desarrollaban esta labor porque estaban sin trabajo y el otro 50% por herencia familiar o vocación. De estos, el 18% consideraba que esta actividad le generaba independencia económica.
“El 52% de los consultados provenían de otras zonas o departamentos, entre ellos Antioquía, Boyacá, Caldas, Quindío, Huila, Cauca, Santander, Tolima y Valle. De estos el 81% venían de poblaciones de Cundinamarca, vecinas a Bogotá. Reconocían como principales causas de su llegada a la capital el desplazamiento, las expectativas laborales y por estudio”, dijo.
95% no circulan
En medio del trabajo que realiza la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales entre 2013 y 2015 ha recibido y rehabilitado a más de 2000 caballos que antes servían como vehículos de tracción animal y que fueron entregados por las Secretarias de Movilidad y Ambiente del Distrito. Aproximadamente el 95% de estos equinos salieron de circulación de las calles de Bogotá y por la intervención de la institución se dieron en adopción en óptimas condiciones.
En las tres etapas en la que ha participado la Universidad como operadora del proyecto –la tercera aún está en curso– se ha hecho una inversión superior a los 2.300 millones de pesos, recursos del Gobierno local y de la institución, que cubren el alojamiento de los animales, su alimentación, tratamientos, medicamos, cirugías, honorarios del cuerpo de veterinarios y zootecnistas y adecuación de la infraestructura para el cuidado y mantenimiento de los equinos.
En la primera fase del proyecto, que se desarrolló entre 2013 y 2014, la Secretaria de Movilidad de Bogotá le entregó a la Universidad 1.854 caballos, de los cuales el 70% estaban en condiciones de maltrato; presentaban heridas, infecciones por hongos, piojos y garrapatas; también llegaron cojos, sin dientes y desnutridos.
De los equinos recibidos –señala Diego Ordoñez, coordinador logístico del proyecto y profesor de la Universidad, 1.800 (90%) fueron dados en adopción en óptimas condiciones, solo fallecieron 54 –25 por anemia infecciosa y 19 por problemas de salud generalizados–. “Para atenderlos se realizó un protocolo que consistió en vacunarlos, desparasitarlos, hacerles trabajo de limpieza de dentadura, corregirles los aplomos y bañarlos”.
“Del total de caballos atendidos, entregamos en la primera fase a 1.800 en buen estado. Aproximadamente 200 se jubilaron, 1500 son utilizados en equinoterapia y 100 están en libertad”, agregó.
En el seguimiento que se ha hecho para conocer el estado actual de los animales, se encontró que el 96% están en óptimas condiciones de salud y bienestar. Solo el 4% presentan problemas ortopédicos, digestivos y respiratorios.
Para resaltar, el 76% de los caballos adoptados se encuentran en Cundinamarca, el 10% en Boyacá y el 14% están distribuidos entre los departamentos de Casanare, Huila, Meta y Santander.
En la segunda fase del proyecto, que se inició en abril de 2014 y que acaba de terminar, la Secretaria de Ambiente del Distrito le entregó a la institución 549 nuevos equinos que eran explotados por los carreteros y que, según voceros de la institución, se encontraban en lamentables condiciones.
“El 70% presentaron fracturas en la cadera y las patas, llegaron con heridas de machete y con puñales incrustados en las articulaciones; también recibimos caballos sin ojos y en condiciones corporales lamentables. El 100% tenían problemas odontológicos (sin dientes) y nutricionales”, afirmó Teresa Carvajal, decana de la Facultad de Ciencias Pecuarias de la Universidad U.D.C.A.
De estos 549 equinos, fallecieron 16 a los que se hizo eutanasia humanitaria –siete por anemia infecciosa y nueve por enfermedades generales asociadas a su mal estado–.
En total, la institución acaba de entregar en adopción a 533 caballos, 60 se fueron en concepto de jubilación. Todos salieron en perfectas condiciones de salud.
En la tercera fase del proyecto, el pasado 21 de abril la (Udca) recibió a otros 400 equinos de la Secretaria de Ambiente, de los cuales se han atendido a 59, uno falleció por mala condición y 43 se han entregado en adopción. Actualmente se realiza el proceso de intervención a los caballos en el campus. En octubre se conocerá el diagnóstico del estado de salud de estos animales.
EL 76% de los caballos adoptados se encuentran en Cundinamarca, 10% en Boyacá y 14% en Casanare, Huila, Meta y Santander. /Archivo ENS