Más de 50 oficiales de policía estadounidenses murieron en el ejercicio de su deber el año pasado, un aumento del 89% en el número de víctimas mortales comparado con 2013, según estadísticas divulgadas por el FBI este lunes.

Los datos de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) indicaron que un total de 51 agentes murieron en 2014, de los cuales 46 perdieron su vida por incidentes con armas de fuego -contra un total de 27 decesos en 2013-, cuatro fueron atropellados voluntariamente y uno perdió la vida durante una pelea.

A pesar del aumento, el número de víctimas mortales en 2014 está por debajo del promedio para el período desde 1980, la primera vez en que el FBI comenzó a compilar cifras de este tipo. Entre 1980 y 2014, un promedio de 64 agentes de policía han muerto en servicio cada año. 

Las cifras fueron divulgadas en un contexto de crecientes tensiones entre las fuerzas de la ley de todo el país y las comunidades a las que supervisan tras una serie de controvertidas muertes de hombres negros desarmados a manos de efectivos. 

El director del FBI, James Comey, se refirió a la "especialmente difícil relación entre la policía y las comunidades que servimos" en un videomensaje para anunciar las estadísticas. 

Comey llamó a los miembros de las fuerzas del orden a "hacer absolutamente todo lo mejor para tratar de ver claramente las personas a quienes servimos y buscar oportunidades para que nos vean". 

Estas estadísticas fueron divulgadas después de que dos agentes de policía fueran abatidos durante un control de tráfico en Misisipi (sur de EEUU) el sábado. Cuatro hombres fueron arrestados debido a esos asesinatos/AFP.