El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, prometió aumentar la presión contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en su visita a Bagdad, en una muestra de apoyo al gobierno iraquí.
En esta visita no anunciada, la primera desde 2014, Kerry declaró a la prensa que "la coalición (liderada por Estados Unidos) trabaja junto a Irak para aumentar aún más la presión" contra el EI, que en estos últimos meses está perdiendo el control de territorios en Irak y Siria.
El secretario de Estado también precisó que "en lo más alto de la lista de prioridades" estaba reconquistar la ciudad de Mosul, la principal ciudad iraquí en manos del EI. Pero rechazó dar detalles y fechas sobre las operaciones militares iraquíes y de la coalición por retomar la ciudad.
Estas cuestiones de seguridad fueron el tema central de las reuniones en Bagdad entre Kerry y el primer ministro Haider al Abadi, su homólogo Ibrahim al Jaafari y el presidente de la región autónoma kurda Nechirvan Barzani.
Respecto a la situación complicada que atraviesa el gobierno iraquí, cuyo primer ministro Abadi busca incluir a tecnócratas en el gabinete, la visita de Kerry supone un apoyo importante.
El portavoz de la diplomacia estadounidense, John Kirby, declaró que en sus encuentros, Kerry "insistirá en [su] sólido apoyo al gobierno iraquí ahora que afronta desafíos económicos, políticos y en temas de seguridad".
Kerry no había viajado a Bagdad desde septiembre de 2014, cuando se puso en marcha la coalición internacional bajo mando estadounidense contra el EI en Irak y Siria.
El martes, el presidente estadounidense Barack Obama reafirmó que "destruir" al grupo yihadista sigue siendo su "prioridad número uno", y destacó que los islamistas radicales estaban perdiendo terreno en Irak como en la vecina Siria.
La coalición internacional liderada por Washington bombardea a los yihadistas por aire desde hace un año y medio, tanto en Irak como en Siria, con un total de 11.000 ataques. En este último país, el EI también se está viendo atacado por el ejército sirio y por su aliado ruso.
En el caso de Irak, el Pentágono presentará "en las próximas semanas" sus propuestas al presidente Obama para reforzar el apoyo militar estadounidense a las fuerzas iraquíes, indicó a fines de marzo el jefe de Estado Mayor, el general Joe Dunford.
El Pentágono ha desplegado oficialmente a 3.870 soldados en Irak, aunque según informaciones de prensa es mucho mayor y ronda los 5.000.
- La corrupción, ese rompecabezas -
El EI se apoderó en 2014 de extensos territorios al norte y el oeste de Bagdad, aunque en los últimos meses las fuerzas gubernamentales han recuperado terreno, en particular en la provincia occidental de Al Anbar, con el apoyo de la coalición.
El portavoz de esta coalición en Bagdad reconoció el jueves que está más preparada para arrebatarles a los yihadistas la ciudad de Mosul, la segunda mayor de Irak, que Raqa, la "capital" del califato proclamado por la organización.
En cualquier caso, para recuperar Mosul "hará falta un período de planificación y de coordinación muy minucioso con los iraquíes", advirtió un diplomático del Departamento de Estado.
A nivel interior, el primer ministro Abadi afronta varios desafíos. Actualmente trata de remodelar el gobierno e incluir a tecnócratas para luchar más eficazmente contra la corrupción y mejorar los servicios públicos.
A fines de marzo, Abadi presentó al Parlamento una propuesta de nuevo gobierno, una medida con la que esperaba calmar las tensiones políticas en el país.
El influyente clérigo chiita Moqtada Sadr, que logró concesiones en una de sus reivindicaciones, llamó así a sus partidarios a poner fin a dos semanas de protesta en pleno centro de Bagdad.
El año pasado, el gobierno de Abadi había anunciado una serie de reformas contra la corrupción, que en su mayoría se han quedado en papel mojado.
Irak, de donde Estados Unidos se retiró militarmente en diciembre de 2011 después de una década de guerra, posee una de las mayores reservas de petróleo del mundo.
Sin embargo, el país se expone a una situación de insolvencia por la caída persistente de los precios del crudo y por años de corrupción y mala gestión.