El equipo negociador del gobierno colombiano con las Farc viene viviendo traumatismos de diversa índole que alteran su homogeneidad, sea por una u otra circunstancia.
El alto comisionado para la paz Sergio Jaramillo calificó el viernes de “cínicas” a las Farc luego de que dicha agrupación propusiera la creación de una nueva Comisión para esclarecer y judicializar lo referente al paramilitarismo en Colombia e igualmente producir modificaciones en las políticas para superar el desplazamiento forzado de campesinos en municipios y veredas. Se calcula, en el país, entre 4 y 5 millones de personas, víctimas de este flagelo, a la altura de lo que sucede en Afganistán y Sudán.
Incluso, al abrir este ciclo de conversaciones, las Farc arremetieron duramente contra el presidente Santos por considerar que durante su extenso periplo internacional distorsionó las realidades de lo que se está negociando en La Habana.
Al mismo tiempo, en la edición de la revista Semana, actualmente en circulación, la periodista María Jimena Dussán, quien ha venido siguiendo los diálogos de La Habana con visitas alternativas, sostiene que la confianza entre las partes se ha venido resquebrajando.
Así mismo, el país es preso de rumores según los cuales el exdirector nacional de la Policía, general Oscar Naranjo, habría renunciado a ser ministro del posconflicto, tarea fundamental en los conceptos del presidente Juan Manuel Santos, para dedicarse de lleno a su puesto de negociador en La Habana. Al parecer, la determinación habría sido tomada por el general (r) Naranjo a raíz de discrepancias, entre otras, con el alto comisionado de la Paz, manteniéndose sin embargo en el equipo negociador.
Hace unas semanas, precisamente, las discrepancias se habrían producido con otro de los miembros de la Mesa, por parte del Gobierno, el excomandante del Ejército, general (r) Jorge Enrique Mora Rangel. De hecho, el general (r) se retiró de la mesa, pero finalmente se le mantuvo en ella, producto de la sorpresa ciudadana por el anuncio de su salida.
Recientemente, fue incorporada a la Mesa la canciller, María Ángela Holguín, pero hoy, luego de los recientes retos planteados por Venezuela sobre las aguas limítrofes con Colombia, el país más bien se pregunta si no se debería dedicar a ello en vez de los continuos ires y venires entre Bogotá y La Habana.
Por su parte, el otro negociador, el exministro Frank Perl, se sabe que tiene parte importante de su agenda ocupada en las aproximaciones con el ELN, donde es más activo.
De otro lado, las Farc han venido reciclando, de continuo, a sus negociadores y recientemente pareció producirse un corto circuito entre algunos de ellos frente al tema de la justicia transicional y si las Farc van a pagar cárcel.
Ayer, igualmente, la organización subversiva rechazó ponerle plazo fijo al proceso de paz, de acuerdo con una propuesta hecha por el partido Alianza Verde, pero el ministro del Interior no descartó considerarla.
De la misma manera durante el fin de semana el expresidente César Gaviria, del Partido Liberal, propuso darle facultades extraordinarias al presidente Juan Manuel Santos para efectos de desenredar el proceso, pero hasta el momento la propuesta no ha tenido mayor recibo. En tanto, el expresidente Álvaro Uribe, que mereció carátula de Semana, propone una tregua unilateral de las Farc concentrando inmediatamente sus tropas en zonas de ubicación, mientras el Gobierno ha preferido esperar a un cese el fuego bilateral y acordado en el que se lleve a cabo la misma idea.
El primer negociador del gobierno, el expresidente Humberto De La Calle, no suele tomar los micrófonos sino cuando sea menester, como ocurrió con la reciente propuesta bilateral de crear una Comisión de la Verdad, aún en ciernes.
Todo lo anterior se produce, al mismo tiempo, en momentos en que se posesiona el nuevo ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, antiguo negociador con las Farc, a quien el Presidente le ha dado la orden esta mañana de mantener la ofensiva contra la guerrilla, en medio de un escalamiento contra la infraestructura eléctrica, el medio ambiente y en la que han caído tropas de ambas partes, entre ellas el comandante de la Policía de Ipiales, el coronel Alfredo Ruiz Clavijo y un exnegociador de las Farc, “Jairo Martínez”.
Por lo pronto, el alto comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, no ha reaccionado frente a la dura arremetida de las Farc, cuando lo acusan de “cínico”, ni tampoco lo ha hecho la delegación gubernamental, ni su vocero principal, Humberto De La Calle.