Según los últimos resultados de la Encuesta de Opinión Empresarial Agropecuaria (EOEA), de la SAC para el primer trimestre del año.
El 53 por ciento de los consultados cree que en esta oportunidad se logrará un acuerdo de paz con la guerrilla.
Este resultado supera en 15 puntos porcentuales la respuesta que, en el mismo sentido, dieron los productores en el periodo julio-septiembre de 2012.
El informe de la SAC indica que el 74 por ciento de los encuestados aseguró estar de acuerdo con el proceso de paz lo que significa un aumento de seis puntos porcentuales frente al registrado antes del inicio del proceso.
Con un 72 por ciento, 12 puntos porcentuales por encima de lo registrado antes de iniciarse los diálogos en La Habana, los agricultores creen que su agroempresa se beneficiaría con un eventual acuerdo de paz.
“Esto demuestra que la inmensa mayoría, tanto de agricultores como ganaderos de Colombia, apoyan el proceso de paz y son optimistas de sus resultados sobre el bienestar del sector rural colombiano”, afirmó el ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo Salazar.
Restrepo dijo que el creciente respaldo de apoyo de los agricultores de Colombia al proceso, como lo recoge la encuesta de Opinión, le da mucho soporte a las conversaciones para buscar con transparencia y claridad la paz.
“Yo celebro mucho esta encuesta y creo que va a coincidir con algo que ya está cercano, ojalá para los próximos días, que es la conclusión del primer punto“, indicó.
Asimismo reiteró que no habrá atropellos y que se preservará, en aplicación de los acuerdos agrarios que se logren en La Habana, el Estado de Derecho.
“En las políticas agrarias que se están adelantando y en las que se están negociando en La Habana, no habrá atropellos, no habrá atentado alguno contra el derecho de propiedad, contra la seguridad. Aquel que tenga bien habida su tierra no tiene nada que temer”, agregó el ministro.
Insistió en que para el postconflicto hay que hacer un desarrollo rural más intenso para que Colombia pueda tener en los años venideros una calidad de vida de las gentes que viven en la ruralidad más acorde con la que se tiene en las ciudades.