Los atentados con bomba perpetrados en Siria durante el fin de semana apuntan a torpedear las negociaciones de paz, afirmó el lunes el ministerio ruso de Relaciones Exteriores.
"Con sus crímenes atroces, los extremistas procuran asustar a la población civil, frustrar las gestiones para el cese de la violencia y del derramamiento de sangre, así como los intentos encaminados a lograr una solución política duradera de la crisis en beneficio de todos los sirios", afirmó el comunicado del ministerio ruso de Relaciones Exteriores.
Moscú condenó estos "ataques inhumanos de los terroristas" y expresó su pésame a las víctimas, a la vez que abogó por una "reacción ejemplar y adecuada de la comunida internacional".
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, 120 personas murieron en un atentado contra un santuario chiita cerca de Damasco el domingo, en el ataque más sangriento desde el inicio de la guerra en 2011.
Otras 59 personas murieron en la ciudad de Homs en otro atentado.