Al menos 26 personas perecieron este lunes en Irak, la mayoría en una serie de atentados con coches bomba en la región de Bagdad, informaron fuentes médicas y de seguridad.
Entre tanto, las fuerzas iraquíes intensificaban su ofensiva contra los insurgentes en la provincia de Anbar.
En los alrededores de la capital, siete coches bomba estallaron causando la muerte a 20 personas.
Por otra parte, la policía halló los cadáveres de tres hombres y una mujer con balazos en la cabeza y signos de tortura, en el oeste de la capital, según las fuentes.
Al norte de Bagdad, en la provincia de Diyala, dos ataques diferentes dejaron dos soldados muertos, en tanto que una bomba en Kirkuk causó heridas a tres personas.
Ningún grupo reivindicó estos últimos ataques que se producen cuando las fuerzas gubernamentales iraquíes trataban de retomar los barrios de Ramadi, a 100 km al oeste de Bagdad, que escapa parcialmente al control de las autoridades desde hace más de un mes.
Insurgentes, entre ellos los del poderoso grupo yihadista del Estado Islámico en Irak y Levante (EIIL), controlan un sector de Ramadi y la totalidad de Faluya, a 60 km al oeste de Bagdad.
El lunes, el ejército y la policía respaldados por combatientes de tribus aliadas del gobierno avanzaron en la reconquista de Ramadi, según un oficial de la policía y un periodista de la AFP. Esta progresión no pudo beneficiarse de una cobertura aérea debido al mal tiempo.
La violencia en Irak se cobró más de 1.000 vidas en enero, lo que hace de este mes el más mortífero desde abril de 2008, según datos oficiales.