Al menos 42 personas murieron en dos atentados con bomba en la ciudad nigeriana de Kaduna (norte), dirigidos contra un clérigo musulmán crítico del grupo islamista Boko Haram y contra un líder opositor, que en ambos casos resultaron ilesos.
La primera explosión, que dejó 25 muertos, fue provocada por un comando suicida a las 12h30 locales (11H30 GMT), cuando el jeque Dauchira Bauchi saludaba desde un vehículo a fieles congregados para celebrar el fin de una ceremonia coránica en el barrio de Kawo.
"Registramos una explosión provocada aparentemente por un atentado suicida contra el convoy del jeque Dahiru Bauchi", quien no sufrió heridas, precisó el jefe de policía de Kaduna, Umar Shehu. "Hasta ahora se ha confirmado la muerte de 25 personas", agregó.
Bauchi, al igual que la mayoría de los dignatarios musulmanes de Nigeria, condenó públicamente los atentados y secuestros de Boko Haram, un grupo que pretende crear un Estado islámico en el norte de este país, primera potencia económica de África con abundantes recursos petroleros.
La segunda explosión se produjo poco después a unos kilómetros de distancia, cerca de un mercado de la ciudad, con saldo provisorio de 17 muertos, según la Agencia Nacional de Emergencias (NEMA).
Según fuentes oficiales, el blanco de este atentado era Muhammadu Buhari, que dirigió la dictadura militar de los años 80 y fue derrotado en la elección presidencial de 2011 por el actual mandatario, Goodluck Jonathan.
Buhari "era el blanco", pero se halla sano y salvo, dijo Ahmed Maiyaki, portavoz del gobernador Mujtar Ramalan Yeroel.
Unas 10.000 personas perecieron desde el inicio de la sublevación de Boko Haram, hace cinco años.
- Toque de queda -
El gobernador de Kaduna decretó un toque de queda de 24 horas en la capital.
"El gobierno del Estado decretó un toque de queda de 24 horas en la ciudad, tras los dos atentados cometidos por agentes de las sombras", dijo Maiyaki.
"La medida apunta a prevenir una ruptura de la ley y el orden", agregó el vocero.
Kaduna, que otrora fue la capital política del norte de Nigeria, había sido blanco en 2012 de una serie de atentados suicidas contra iglesias cristianas que desencadenaron violentos enfrentamientos interétnicos, con saldo de centenares de muertos.
Boko Haram (cuyo nombre en lengua hausa significa "La educación es un pecado") multiplicó en los últimos tres meses los atentados y golpes espectaculares.
El 14 de abril, secuestró a 276 alumnas de secundario de la localidad de Chibok (Estado de Borno, noreste), con la intención de "venderlas" como "esclavas" o "casarlas" contra su voluntad, según anunció el jefe del grupo. Desde entonces, 57 de las rehenes consiguieron huir, pero 219 permanecen cautivas de los islamistas.
El 5 de mayo, un ataque contra Gamboru Ngala, en el Estado de Borno, cerca de la frontera con Camerún, dejó por lo menos 300 muertos, según fuentes locales, y la ciudad reducida a escombros.
El 3 de junio, comandos con armas pesadas y con uniformes militares destruyen cuatro aldeas del Estado de Borno, matando de 400 a 500 personas, según jefes locales.
Los islamistas han llevado sus ataques a la capital federal, Abuja -el último de ellos, el 25 de junio, dejó 22 muertos- y a Lagos, la capital económica del país, con un incendio, también el 25 de junio, cerca de las reservas de carburante de la zona portuaria.