A pesar de la importancia que el Gobierno les ha dado a los subsidios de las tasas de interés para vivienda y en varias ocasiones ha manifestado la intención de preservarlo, esos propósitos no se han materializado ni definido en la reglamentación requerida para convertirlos en realidad.
Así lo manifestó la presidenta de la Asociación Bancaria María Mercedes Cuellar: “Entiendo que algunos sectores al interior del Gobierno y del Banco de la República no son amigos de continuar con el subsidio a la tasa de interés, por considerar que esta medida es adecuada únicamente para períodos de crisis. No les falta razón si el impulso a la construcción de vivienda se mira sólo desde una perspectiva anticíclica, en particular cuando el crecimiento económico ronda el 6%”.
Sin embargo, añadió, “en cualquier caso sería deseable desde ya estructurar y definir los recursos para tener disponible un instrumento como el FRECH (Fondo de Reserva para la Estabilización de la Cartera Hipotecaria), que pueda ser utilizado para facilitar las condiciones de financiación de vivienda cuando el país lo requiera”.
La presidenta de Asobancaria sostuvo que la dificultad de marchitar este subsidio radica en que habría que incrementar sustancialmente el subsidio directo para lograr la efectividad requerida en términos de la política social y del papel de locomotora de crecimiento que el Gobierno ha señalado debe cumplir este sector.
“En Brasil, México y Chile superaron este debate desde hace algunos años y decidieron que la vivienda social precisa de cuantiosos recursos e, incluso, que debe subsidiarse hasta el 90 por ciento de la vivienda para algunos sectores poblaciones”, puntualizó.
Recordó que con ese tipo de subsidios a partir del año 2009 crecieron no solo la construcción y los desembolsos de crédito hipotecario, sino otros sectores industriales tales como madera, fabricación de muebles y productos de plástico, entre otros.
Cuellar dijo adicionalmente que más allá de todos los hechos positivos ya mencionados, “el subsidio a la tasa de interés tuvo la bondad de facilitar el cierre financiero para compra de vivienda a través de una menor cuota del crédito”.
La representante del gremio financiero hizo referencia al ‘trascendental’ papel que juega la política de vivienda en el desarrollo económico y social del país, más aún si se tiene en cuenta la meta del presidente Juan Manuel Santos de crear un millón de viviendas durante su cuatrienio.
Al respecto y de acuerdo con cifras de Fedesarrollo, la construcción en Colombia tiene efectos multiplicadores elevados que superan los de países de similar desarrollo relativo. Por ejemplo, por cada peso de incremento en el valor de la construcción de edificaciones, el consumo intermedio de la economía aumenta en 2,9 pesos y se estimula el valor agregado en 1,5 pesos. A su vez, cada empleo directo que se genera en la construcción, da lugar a 1,8 empleos en toda la economía.
Tras mencionar estos datos, Cuellar agregó que cuando se han utilizado políticas que estimulan la construcción de vivienda como motor de desarrollo o para evitar una depresión, se han tenido resultados destacables y de rápido impacto.
Señaló no obstante, que cuando se impulsa la demanda, este impulso debe estar acompañado de una respuesta equivalente por el lado de la oferta, a fin de que no se traduzca en un aumento de los precios de la vivienda.
Indicó que el nivel de inventarios de vivienda es reducido lo que evitaría que, ante una caída abrupta de la demanda, los constructores se queden con una cantidad significativa de unidades construidas sin vender.
Por otro lado, el endeudamiento de los hogares en vivienda es bajo. En promedio el valor del préstamo representa 50 por ciento del valor de la vivienda, lo que deja un amplio margen para asumir una eventual caída de los precios antes de que la deuda supere el valor de la garantía.
Asimismo, la cartera hipotecaria participa tan solo en 13 por ciento de la cartera total y en 5 por ciento del PIB. Adicionalmente, el nivel de cartera vencida es históricamente bajo -3 por ciento incluyendo cartera propia y titularizada-, lo que señala que la población está satisfecha con su crédito y lo está atendiendo de manera oportuna.