Asia y Chocó, focos de danza en Cali | El Nuevo Siglo
Foto cortesìa
Domingo, 29 de Octubre de 2017
Cerca de mil artistas de 36 compañías nacionales e internacionales bailarán en la capital del Valle del Cauca hasta el 6 de noviembre.

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Esta semana, la danza tendrá su foco nacional en Chocó y el internacional en Asia, de acuerdo con la programación del certamen que cada dos años congrega en Cali a bailarines y coreógrafos de Colombia y el mundo.

Con una fiesta al aire libre arranca el martes la Tercera Bienal internacional de Danza de Cali que reunirá cerca de mil artistas de 36 compañías nacionales e internacionales, quienes bailarán en la capital del Valle del Cauca hasta el 6 de noviembre.

En esa fiesta de inauguración, que tendrá por escenario el Bulevar del Río, se presentará el espectáculo ‘En Cali se baila así’, con grupos de las 22 comunas caleñas seleccionados a través de un concurso en tres modalidades: danza urbana, folclor pacífico y salsa estilo caleño. Tras la presentación, habrá un gran baile con el público que tendrá el lema “El que canta y baila sus penas espanta”.

Beatriz Barros, gerente de la Bienal, le dijo a EL NUEVO SIGLO que con 42 eventos, 26 de los cuales son gratuitos, “entre los grupos nacionales tenemos un Focus Chocó, mostrando la riqueza de esa cultura, la calidad de las presentaciones de ese departamento”, corroborando que “las manifestaciones culturales, y en este caso específico la danza, permite alimentar los seres humanos a pesar de las afugias y de los inconvenientes, de lo duro de la vida que les toca en algunas áreas de nuestro país”.

“Para la programación internacional tenemos Focus Asia”, indicó Barros, con compañías de Japón, Corea y China, pero también hay representación de España, Israel, Estados Unidos, Francia y Alemania.

Pero la Bienal, contó Barros, además de ofrecer un espectáculo selecto para el público, reúne a bailarines, directores y coreógrafos, tanto colombianos como foráneos, para un “intercambio de saberes” que hace posible “conocer y descubrir nuevas técnicas”, actualizarse en “el estado actual en el mundo de la danza”.

“Tenemos unas actividades académicas muy fuertes, como son las clases maestras que están ofrecidas para bailarines” nacionales por “los directores de las compañías internacionales, el coreógrafo o el primer bailarín” de cada delegación, anotó.

Horses in the Sky', sueño surrealista israleí

Kibbutz Contemporary Dance Company, agrupación israelí de danza, presentará en la Bienal su obra ‘Horses in the Sky' el 4 de noviembre a las 7 de la noche, en el Teatro Municipal Enrique Buenaventura.

“La compañía de Danza Contemporánea Kibbutz caracteriza la danza de Israel de la mejor manera. Se presenta regularmente en los más respetados teatros y festivales en todo el mundo y este año nos acompañará durante la tercera Bienal”, indicó Barros.

Las piezas de Kibbutz no cuentan una historia. No son narrativas. Se basan en temas sociales, políticos e históricos. Han abordado temas como el Holocausto, la postura del individuo frente a la sociedad, el consumismo, el medio ambiente y los efectos nocivos de la tecnología en el mundo de hoy.

Un performance con ropa usada

La ropa es para la artista María José Arjona una manera de representar el archivo del cuerpo. Por ello en su propuesta ‘Las frecuencias que me hacen’, que presentará el 5 de noviembre durante la Bienal, el público se encontrará con una tonelada de prendas de vestir usadas, como una manera de significar la información que tiene el cuerpo del pasado, para luego convertirse en una esfera o espectro.

La artista define su propuesta como un archivo del cuerpo conectado al futuro y no, una evasión al pasado. "La idea es utilizar la extensión muy larga de la obra, para hablar de procesos y no de una obra terminada, que es lo que más me interesa en relación con el performance", agregó Arjona, quien presentará su obra en la Bienal tras su regreso de Francia, donde estuvo exponiendo.

Según la artista, esta puesta en escena une todos los elementos de la danza en una visión muy personal de lo que significa moverse, y la capacidad del cuerpo de transformar los espacios y utilizarlos para generar narrativas más abstractas.

"El espacio es bellísimo, es donde funcionaba la Licorera del Valle, un galpón de dos mil metros cuadrados. Realmente hay mucho más espacio vacío que lleno, eso me interesa mucho. La idea es que la gente pueda circular por entre la obra. No es una obra fija donde los espectadores están en un sitio y yo estoy en otro", contó la artista.

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