Así fue el paso del papa Francisco por la 26 | El Nuevo Siglo
Foto Carlos De Hoyos Instagram: @CiudadanoKarl
Miércoles, 6 de Septiembre de 2017
Redacción Web

Muchas horas de espera para verlo tan solo un segundo. Ese fue en resumen lo que vivieron los miles de personas que se congregaron a lo largo de la calle 26 para ver a Francisco. 

"Iba muy rápido, paso rapídismo pero lo pudimos ver, que emoción", fue el comentario de Antonia, una señora de 65 años que en compañía de su hijo, nuera y nietas se "apostó" sobre la avenida El Dorado con carrera 103 desde las 12 del día. Paciente y juiciosamente se sentó sobre el andén para conservar su puesto y en oración, rezando el rosario esperó las cuatro horas, las programadas para el paso del Santo Padre.

Sin embargo, con el pasar del tiempo,  el lugar se fue atiborrando. Las personas llegaban con niños en coches, alzados, en bicicletas, sillas y hasta con escaleras para tomar la mejor ubicación y vivir ese momento histórico. Para muchos era la primera vez que podían ver a un Sumo Pontífice, para otros, era la segunda porque tuvieron la oportunidad de estar cuando vino Juan Pablo II.

De un momento a otro, el cerco que se había tendido a lado y lado de la calle 26 se rompió y la multitud corrió hacia el carril central, porque ya se sabía que por ahí pasaría el papamóvil. Doña Antonia, tal vez sin pensarlo, y pese a su edad, instintivamente cogió de la mano a su nieta y corrió por el pastal. La zanja que separa un carril a otro no fue impedimento. Con su mejor habilidad sorteo el desnivel y de rodillas escaló el pedacito de montaña que la separaban de la "línea blanca" pintada sobre el asfalto, sobre la cual la policía comenzó a pedir correrse para permitir el paso de la escolta vaticana y el esperado papamóvil.

El ambiente era de alegría, positivismo y el picante sol menguaba. Un viento frío se apoderó del lugar, una bocanada de aire fresco como el que minutos después invadió a la multitud al ver, de lejos, al papamóvil. Entonces fue una especie de espiritualidad colectiva traducida en gritos de !Viva el Papa! !Braqvo! !Bienvenido!..

Y ahí a un paso muy rápido en concepto de los expertos vaticanólogos, pasó un Francisco sonriente, impartiendo la bendición y con la sonrisa que siempre  tiene a flor de piel.

Doña Anita no pudo ocultar su emoción,. Se quedó sin palabras, sus ojos aguados y camándula en mano recibió la bendición, que como un mensaje divino en ese momento el Santo Padre impartió hacia donde ella estaba.  Fueron dos segundos pero quedarán grabados en su mente, como en la de todos los que salieron a la calle para verlo,  y para la eternidad.

Pasó el Papa, dio su primer paso en Colombia, llenó los corazones de alegría y dejó en su recorrido hasta la Nunciatura Apostólica, un hálito de alegría, pero sobre todo de espiritualidad. 

Este fue nuestro EN VIVO con la gente esperando la llegada del Papa