Asesinato de JFK, un enigma | El Nuevo Siglo
Foto archivo Agence France Press
Domingo, 29 de Octubre de 2017
Redacción internacional con AFP
Detalles enigmáticos pero no explosivos en archivos desclasificados por el gobierno de EU. Se echa más leña al fuego de las teorías conspirativas

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LOS archivos secretos sobre el asesinato del presidente John F. Kennedy publicados por el gobierno de Estados Unidos ofrecen nuevos detalles enigmáticos sobre el hecho que conmocionó al mundo hace más de cinco décadas, pero aparentemente no contienen revelaciones explosivas como tampoco hicieron desaparecer las teorías conspirativas.

El presidente Donald Trump ordenó la publicación de 2.800 de los  expedientes clasificados hasta ahora como secretos, aunque se reservó otros cientos de documentos considerados "sensibles", bajo presión de la CIA y el FBI.

La Comisión Warren, que investigó el asesinato del carismático presidente de 46 años el 22 de noviembre de 1963 en Dallas (Texas), llegó a la conclusión de que el mismo fue cometido por un francotirador solitario, el exmarine Lee Harvey Oswald. Ese veredicto no logró nunca terminar con la especulación de que existía un siniestro y complejo complot para asesinar al 35º presidente de Estados Unidos.

Y los estudiosos de Kennedy guardaban la esperanza que con los documentos publicados se pudiera resolver el enigma en torno a si realmente Oswald fue un lobo solitario. Pero la decisión de último minuto de no publicar todos los documentos frustró esa esperanza y echó leña al fuego de las teorías conspirativas.

Cientos de libros y películas, como "JFK" de Oliver Stone (1991), han alimentado la teoría de la conspiración, señalando a rivales de la Guerra Fría como la Unión Soviética o Cuba, la mafia e incluso al vicepresidente Lyndon B. Johnson.

"Estoy muy decepcionado", dijo Philip Shenon, autor de "Un hecho cruel e impactante: la historia secreta del asesinato de Kennedy", sobre la publicación de los documentos por los Archivos Nacionales.

"La mayoría de los documentos revelados anoche son documentos que ya hemos visto antes", dijo.

"Los documentos realmente importantes, algo así como los documentos super secretos, no forman parte de la publicación en su mayoría", explicó. "Tendremos que esperar por ellos al menos hasta abril y temo que nunca los veamos", agregó.

Trump dio a la CIA, el FBI y otras agencias seis meses -hasta el 26 de abril de 2018- para exponer las razones que justifican la retención de esos documentos.

En un tuit el viernes, el presidente dijo que los archivos de JFK están siendo "cautelosamente revelados".  "Al final habrá gran transparencia", aseguró. "Tengo esperanza de que prácticamente todo se haga público".

Gerald Posner, autor del libro "Caso Cerrado", que determinó que Oswald actuó efectivamente solo, dijo que la divulgación fue "frustrante".

"Golosinas interesantes"

Shenon opinó que aunque no hubo revelaciones importantes, sí encontraron algunas "golosinas interesantes".

Destacó un archivo en el que el entonces director del FBI J. Edgar Hoover dice, solo un día después del asesinato, que es importante "convencer al público de que Oswald es el verdadero asesino".

"Eso fue solo cuando la investigación arrancaba", dijo Shenon, por lo que "él se estaba apresurando a juzgar" los hechos.

"El FBI, en particular, estaba absolutamente determinado, sin importar los hechos, a probar que Oswald era el único atacante, un lobo solitario, que no había nadie más involucrado", señaló Shenon.

"Querían mostrar que no había forma de que el FBI hubiera podido evitar el asesinato", sostuvo.

Muchos de los 2.891 documentos hechos públicos por los Archivos Nacionales son de inteligencia cruda y sin verificar. Además, gran parte de su contenido ya se conocía, como que la CIA armó varias conspiraciones para matar al líder cubano Fidel Castro.

Un documento de 1975 detalla cómo en los primeros días de la presidencia Kennedy la CIA ofreció 150.000 dólares al jefe mafioso italoamericano Sam Giancana para organizar el asesinato del cubano.

A cambio, Giancana solicitó la ayuda de la CIA para poner un dispositivo de grabación en el cuarto de su amante, de quien sospechaba que estaba teniendo una aventura.

Otras posibles ideas para matar al líder comunista, que se decía era un buzo aficionado, incluyeron contaminar su traje de buceo con bacterias o poner una bomba en un coral.

La reacción soviética

Uno de los documentos incluye la transcripción de una conversación de Hoover dos días después del magnicidio. Hoover dijo que el FBI informó a la policía de una amenaza contra la vida de Oswald. Pero no se tomaron medidas y el dueño de un club nocturno, Jack Ruby, lo mató mientras era escoltado por policías hacia un juzgado solo dos días después del asesinato de Kennedy.

Aunque muchas teorías han vinculado a Oswald con operativos cubanos o soviéticos, un memo de 1963 del FBI indicaba que la muerte de Kennedy generó duelo en la Unión Soviética.

Según una fuente, "oficiales del Partido Comunista de la Unión Soviética creían que había una conspiración de parte de la ultra-derecha en Estados Unidos".

Los soviéticos temieron que el asesinato fuera usado como pretexto para "detener las negociaciones con la Unión Soviética, atacar a Cuba y luego expandir la guerra".

Oswald había desertado a la Unión Soviética en 1959, pero regresó a Estados Unidos en 1962. 

 

Anadolu

 

Lo que pasó

Tres disparos

Unas 200.000 personas ven cómo avanza por las calles de la ciudad de Dallas el descapotable azul que traslada al presidente Kennedy.  Es el 22 de noviembre de 1963 y el mandatario demócrata se encuentra en campaña para las elecciones presidenciales de 1964.  Su esposa Jackie se encuentra a su lado, en su primer viaje oficial desde la muerte de su hijo recién nacido, Patrick. El gobernador del estado de Texas, John Connally, y su esposa están sentados frente a  ellos. Cuando el coche enlentece su marcha al hacer un giro, suenan tres disparos. Son exactamente las 12H30.

Alcanzado por las balas, Kennedy cae hacia adelante, y su sangre salpica el traje rosa de Chanel de su esposa.  Dos balas hieren al presidente, cuya cabeza sangra. También Connally resulta herido. El auto se dirige velozmente hacia el hospital Parkland, donde a pesar de los esfuerzos de 14 médicos y cirujanos, Kennedy es declarado oficialmente muerto a las 13H00. Connally sobrevive.  Un periodista de televisión visiblemente conmovido, Walter Cronkite, de CBS, anuncia la noticia en vivo. 

Detención del asesino

A las 13H50, Lee Harvey Oswald, empleado del edificio en el que funciona el depósito de libros escolares desde cuya ventana en el sexto piso se efectuaron los disparos, es detenido en un cine mientras salía de la zona.  Se dice que mató a tiros a un oficial de policía que pretendió arrestarlo más temprano.  Los investigadores han determinado que fue Oswald quien asesinó al presidente, pero sus conclusiones no explican cómo este ex marine y desertor a la Unión Soviética pudo haber actuado solo.

Oswald baleado

El 24 de noviembre Oswald es llevado por la policía hacia un vehículo blindado que debe trasladarlo desde la jefatura hacia el tribunal donde debe ser juzgado.  En medio de la multitud de periodistas emerge de repente un hombre que dispara a quemarropa al detenido. Oswald se toca el abdomen y cae, muerto. No habían  pasado aún 59 horas del asesinato de Kennedy.  El atacante es Jack Rubinstein -conocido como Jack Ruby-, es propietario de clubes nocturnos y estaba vinculado con la mafia. Fallece en prisión, en 1967,  de cáncer.

El entierro

Kennedy es enterrado en el cementerio nacional de Arlington, en Washington, el 26 de noviembre de 1963. La ceremonia fúnebre es retransmitida íntegramente en directo a decenas de millones de personas.

 

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