El primer ministro británico, David Cameron, hizo un llamamiento a la tolerancia tras el asesinato de la diputada Jo Cox, que obligó a una tregua en la tensa campaña del referendo de la Unión Europea.
"Ahí donde veamos odio, donde veamos divisiones, donde veamos intolerancia, tenemos que erradicarlas", dijo Cameron en una ofrenda floral a Cox en Birstall, donde 24 horas antes caía asesinada a balazos y cuchillazos por un hombre cuyas motivaciones no trascendieron.
Cameron, acompañado del líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, y del presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, recordó que "la tolerancia es la base" de la democracia británica.
Corbyn anunció que el Parlamento se reunirá el lunes en memoria de Cox, interrumpiendo el receso obligado por el referendo de la Unión Europea del 23 de junio. La campaña para este referendo había adquirido un tono tenso y este viernes hubo llamamientos a la moderación.
"Dos niños perdieron a su madre, un marido ha perdido a su querida esposa, y el Parlamento a una de sus defensoras más brillantes y apasionadas", dijo el primer ministro sobre la diputada de 41 años, a la que conoció en Darfur en 2006, cuando era una activista de la organización Oxfam.
"Nuestro país está conmocionado con toda la razón, y creo que es el momento de dar un paso atrás y pensar en las cosas que valoramos de nuestro país", prosiguió Cameron. "Tenemos paz, tenemos estabilidad, tenemos un cierto nivel de bienestar económico (...) tenemos democracia en estas islas", y "la tolerancia es la base" de todo ello.
Una sombra sobre el bando Brexit
Los primeros indicios de que el asesinato de la diputada británica Jo Cox podría perjudicar al campo del Brexit llegaron ayer con la subida de la libra y las primeras acusaciones de haber crispado el ambiente con su campaña.
Los homenajes a Cox proliferaban en Birstall, en el condado de Yorkshire (norte de Inglaterra), donde se produjo el asesinato. La estatua del teólogo Joseph Priestley, hijo célebre del pueblo, se llenó de flores en homenaje a Cox.
"Para Jo, siento mucho que ya no estés con nosotros", o "Jo, qué día vil y trágico", eran algunos de los textos que acompañaban las flores. Algunos no podían evitar las lágrimas por la muerte de esta mujer de 41 años, madre de dos hijos pequeños.
Por otra parte, la policía británica informó que Cox había recibido amenazas de un hombre que no es Thomas Mair, el detenido por su muerte. "Los agentes recibieron información de la diputada Jo Cox sobre comunicaciones malintencionadas, y en marzo de 2016 detuvieron a un hombre", dijo un portavoz policial. "No es el hombre detenido en el condado de West Yorkshire", en el norte de Inglaterra, donde ocurrieron los hechos.
La libra y las bolsas suben
La campaña del referendo fue suspendida desde el jueves en signo de luto y no se reanudará posiblemente hasta la semana que viene, pero el asesinato de una defensora de la UE, los refugiados y los inmigrantes, a manos de un hombre que gritó "¡Gran Bretaña primero!", pesa como una losa en el debate.
Las bolsas y la libra esterlina empezaron a recuperarse de días de caídas por la percepción de que el asesinato puede frenar definitivamente el ascenso de los partidarios del Brexit, la salida de la UE.
"Es evidente que la recuperación se atribuye por entero a la idea de que la tragedia de ayer incrementa las posibilidades de que la opción se seguir en la UE gane el referendo de la semana que viene", dijo Ray Atrill, codirector de estrategia en el mercado de divisas del National Australia Bank.
La libra llegó a cambiarse a 1,4266 dólares, en vez de los 1,4211 del jueves, y la bolsa de Londres subió más de 1% a los pocos minutos de su apertura. Por si acaso, los bancos centrales de Europa, Estados Unidos y Japón examinan una acción concertada de inyección de liquidez en dólares en caso de Brexit, según publicó el diario económico japonés Nikkei.
El jueves, precisamente, antes del asesinato, Nigel Farage, el político británico más rabiosamente antieuropeo, desvelaba un polémico cartel en el que presentaba a una larga procesión de refugiados como una amenaza al Reino Unido, bajo el lema "Breaking point", "Punto de inflexión", o literalmente de "ruptura".
La portada del diario The Guardian presentó ayer a Farage delante del cartel, pero el lema había cambiado a "Punto de odio". "Tenemos que reflexionar sobre cómo llevamos a cabo la última semana de la campaña", dijo a la BBC Stephen Kinnock, diputado laborista, que compartía oficina con Cox en la Cámara de los Comunes. /ENS con AFP