Otra víctima acaba de poner la Unión de Trabajadores Penitenciarios, UTP tras el asesinato del guardia penitenciario Julián Alberto Tocuma por parte de desconocidos en Cali, Valle del Cauca.

El guardián Tocuma se encontraba desaparecido desde hacía tres días y su cuerpo abaleado fue encontrado en un paraje de la carretera que de Cali conduce al municipio de Jamundí, Valle del Cauca.

La nueva víctima del baño de sangre que se abate sobre la organización sindical penitenciaria se desempeñaba como guardián de la cárcel de Vista Hermosa de la capital valluna.

El crimen de Julián Alberto Tocuma se suma a los asesinatos de guardianes ocurridos en varias partes del país y serían consecuencia de las denuncias permanentes de la Unión de Trabajadores Penitenciarios, UTP sobre las irregularidades administrativas que se presentan en algunas cárceles colombianas; a las violaciones de los derechos humanos tanto de la población carcelaria como de los mismos guardianes; el hacinamiento; las epidemias; la falta de atención sanitaria; las pésimas condiciones de la infraestructura los centros de reclusión y la escasez de personal de vigilancia, entre otras causas. El Comité Ejecutivo de la Confederación General del Trabajo expresa su repudio por este nuevo crimen y recuerda que el Gobierno que se había comprometido a garantizar la vida y la seguridad de los guardianes del país a raíz de los más recientes asesinatos de dos funcionarios carcelarios en Cúcuta.

La CGT preguntó a las autoridades cuantos muertos más deberán seguir poniendo los trabajadores del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario, Inpec para que se tome en serio las denuncias de la UTP y se garanticen la vida y seguridad de los guardianes y sus familias.